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Th: Espero te haya ido bien con tu primer día. √√

¿Sólo eso? ¿nada más? ¿Ni un «Perdón» por no haber contestado antes? ¿Ni una excusa por no haberlo hecho? ¡¡¡Al menos que me mienta!!!

Respiro en busca de la capacidad de tranquilizarme, llamo a todos los mantras y "ommmsss" que mi mente necesite para relajarme, sin embargo no es algo que de resultado.

Estoy sola en la habitación con una porción de pizza en la cama. Me pregunto si a Phoebe le molestaría verme comiendo aquí, al menos mamá siempre se fastidiaba cuando era pequeña y lo hacía. Luego las horas de trabajo le impedían estar conmigo para cualquiera de las comidas del día exceptuando el desayuno.

Tr: Estuvo bien, gracias. ¿Qué tal tú? √√

Th: En orden, digamos. ¿Cuáles fueron las asignaturas que elegiste? √√

Tr: De momento sólo una y creo que lo hice por error, pero en fin. Algo de Lenguas Románticas del Renacimiento creo que se llama.

Th: Oh, mierda. √√

Tr: ¿Qué? √√

Th: Nada. √√

Tr: Dime. √√

Th: Bueno... √√

Tr: ? √√

Th: He escuchado rumores de que ese profesor se acuesta con alumnas. Pero nada de qué preocuparse teniendo en cuenta que las denuncias nunca han podido ser comprobadas con pruebas fehacientes. √√

Tr: Vaya... √√

Si consideramos que ese profe es causa de mucha baba entre mujeres, más de una debe haberse rendido a sus encantos. Cada vez me gustaría más conocerlo, ¿por qué debo esperar hasta septiembre recién a modo de iniciar el semestre de clases?

Mientras le escribo otra respuesta a Theo que pueda tener respuesta de su parte, escucho unos ruiditos que provienen desde el armario.

Al principio me asusto pero luego recuerdo a Cochinillo.

Dejo la caja de pizza a un costado, me pongo de pie y voy donde el guardarropa. Este hámster necesita luz, no puede estar a oscuras.

Miro donde mi cama y distingo la lamparita portátil. No... no puedo sacrificarla...

Cuando abro las puertas y encuentro la ropa a un costado, distingo el pequeño animalito color blanco y marrón claro arriba de su rueda.

-¿Qué pasa, hombrecito?-le pregunto agachándome un poco para estar a su altura-. ¿Tienes hambre?

El hámster empieza a girar en la rueda lo cual creo que se debe a que un poco de luz lo pone enérgico. He visto a Phoebe colocarlo en el alféizar de la ventana pero en cuanto el sol se ha escondido ella guardó a su mascota clandestina y desapareció de la residencia.

-¿Te gusta la luz en la noche?-vuelvo a preguntar.

El hámster sigue en su rueda y me incorporo. Voy donde mi cama y con mucha pena quito la lámpara portátil, la coloco en mi 20% de espacio (no quiero pensar lo que ocurriría si ocupo espacio de mi compañera de cuarto) y le dejo luz a Cochinillo para que tenga algo de calor, al menos, hasta que decida dormirse. O decida hacerlo yo.

Me siento a los pies de la cama de Phoebe mirando al pequeño dar vueltas mientras mi móvil enciende la luz de la pantalla sobre el cubrecama indicando que tengo un mensaje.

Pienso en Theo y me muerdo el labio. Voy en busca del dispositivo y regreso a mi lugar frente al hámster.

Lo que más me sorprende no es que Theo no haya respondido sino que Charlie es quien me ha enviado otro:

Ch: ¿Por qué no me has contestado en todo el día? √√

Una opresión en mi garganta me dificulta la tarea de respirar a buen ritmo.

Abro la ventana de chat y lo encuentro en línea. Empiezo a escribirle que lo sentía, que he estado ocupada aunque finalmente lo borro y cierro el programa.

-Ay, pequeño...-murmuro en dirección a Cochinillo-, serás mi compañía más honesta en los próximos años. Mamá nunca me dejó tener una mascota  y si bien, sé que eres la de mi compañera de cuarto, te querré como si fueras de mi familia. ¿Sabes?

El animalito deja de andar en su rueda y camina hasta que se queda mirándome. Su hocico ovalado y los ojos pequeños me resultan muy tierno.

Cruzo dos dedos entre las rejas de su jaula y le acaricio el lomo con algo de timidez ante el hecho de que pueda morderme, no obstante sólo cierra sus ojitos y se deja acariciar.

-Al fin las cosas parecían ir bien con Theo, por lo menos en lo que hace a todo este último tiempo-le cuento a mi amigo diminuto-. ¿Crees que debería darle una oportunidad a Charlie? Antes, por habérsela dado a él la perdí con Theodore lo cual me hizo pasar los peores momentos de mi vida. Me tatué y más de una vez tuve la gran duda respecto a si hice lo correcto o no... Estoy enamorada de mi amigo y mi otro amigo está enamorado de mí. ¿Cómo corresponder a eso sin que nadie salga lastimado?

Cochinillo abre su ojitos y observa el suelo de la jaula.

-¿Tienes algo para decir?-le pregunto con el fuerte deseo de que las mascotas hablaran.

Yo sí.

Tú no.

Ese insecto no va a decirte nada, loca.

El asunto es que yo ya sé lo que tendrás para decirme y no lo quiero saber.

¿Ah, sí? Me has ofendido. Cuando te acuestes seré una vocecilla molesta que no haga silencio en toda la noche para impedirte que descanses. Hasta pronto.

Deseo que mi conciencia haga silencio para permitirme conciliar el sueño en un rato... Espero que Cochinillo diga algo aunque nada sucede y no hago más que seguirle contando mi situación:

-No quiero perder mi amistad con Charlie pero tampoco estoy preparada para hablar con él y decirle que me encuentro viviendo a kilómetros de distancia. Tampoco la quiero perder si tengo en cuenta que las cosas con Theo aparentan ir mejor, una parte de mí no desea perder la esperanza de que en algún momento sucederá algo que nos vuelva a acercar. Yo...-suspiro y mis ojos arden al igual que mis mejillas-, daría lo que fuese con tal de regresar el tiempo atrás y no echarlo a perder todo con Theodore por culpa de mis estúpidos sentimientos.

Me distraigo al ver que el celular a mi costado está vibrando.

Me convenzo de que no es un mensaje al caer en la cuenta de que no para de sonar y obviamente es una llamada. Me preparo para colgarle a Charlie, no obstante la inscripción de «Número desconocido» en la pantalla me indica que no debería hacer eso.

-¿Quién crees que sea, Cochinillo? -Lo pienso unos momentos y finalmente atiendo. Plip-. ¿Hola?

El ruido de una respiración agitada me sorprende al otro lado.

Finalmente las palabras salen como cuchillas:

-¿Por qué hiciste eso, Tracy?



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BAD BITCH #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora