▲ 176 ▼

63.6K 4.8K 1.5K
                                    

Cuando despierto aún no ha amanecido.

Ahora el cuarto es demasiado frío, mucho más que en mi sueño. Demasiado solitario para mi gusto.

Ojalá estuviere ella aquí...

Tracy

El tiempo se ha detenido a mi alrededor.

Por un instante no hay nada. Nada en absoluto. Sólo una señal que mi cerebro envía a mi cuerpo entero y suelto la valija para arrojarme a sus hombros.

Cruzo los brazos y hundo mi nariz en su pecho para inspirar el fresco perfume a almizcle que hacía tanto tiempo no percibía.

Por un instante se cruza en mis recuerdos nuestros últimos encuentros y todo se vuelve aún más incómodo pero lo trato de evitar por el bien de todos.

Una vez que me aparto, distingo que las lágrimas han empezado a brotar de sus ojos y de inmediato sucede en los míos también. No hay nada más doloroso que ver esas gemas verdes empañarse como dos cristales a punto de romperse.

-Oh... Charlie...-murmuro y evito el moqueo-. ¿Cómo... cómo lo supiste?

-Yo le conté que veníamos-interviene Carl.

Charlie se aparta y me encuentro con mi amigo quien explica:

-Le dije que vendríamos. No te veía muy bien en la universidad y creo que tienes un buen recuerdo de este chico.

-Sólo soy un viejo amigo-acota Charlie.

Claro... «Amigo».

-Supongo-Carl se encoje de hombros.

Ya me apoyó anteriormente a mentirle a mamá para salir con él. Y con Theo. Pero con él es lo que me importa ahora.

-Gracias-le digo pese a que una parte de mí siente rencor o decepción de que no me haya avisado que le diría. O que lo encontraríamos aquí.

Yo... yo creo que nos hará bien a ambos esta visita.

Lo malo es que Carl no sé si le haga taaanto bien el hecho de volver a la misma casa que comparte con el idiota monumental de su padre.

-¿Quieren ir a desayunar?-propone Charlie-. Hay un café nuevo muy bueno por acá cerca. Aunque los que tienes abierto las veinticuatro horas se especializan más en licores.

-Café está bien-le señalo-. Pero podría ser esto en mi ca... en casa de mi madre.

No lo digo.

De momento sería bueno mantener las distancias.

Por ahora mi único hogar es aquel donde estén las personas que me hacen sentir lo suficientemente cómoda como para ser yo misma.

-¿Pero que a Charlie no lo...?-empieza Carl y lo detengo.

-Sí, se caen bien-murmuro-. O quizá no. Cualquier chico con tatuajes que se me acerque, es una mala influencia para mí.

-Gracias-dice él.

-Según mi madre-completo-. Tiende a juzgar mal a las personas.

-Descuida-coloca una mano en mi hombro y recoje la valija que hace un rato dejé caer-. Últimamente son amigas con mi madre y le caigo mejor. Excepto Neo. Ese no le cae bien a nadie.

El nuevo auto de Charlie es una prueba de fuego para mi coraje.

La experiencia que me puso al borde de la muerte cuando le fallaron los frenos y Theo nos persiguió hasta que nos estampamos contra un muro, resiste en mi consciencia como una Alerta a la cual no puedo hacerle oídos sordos.

BAD BITCH #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora