𝟑𝟗. 𝐅𝐀𝐌𝐈𝐋𝐈𝐀

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𓆩 𝐄𝐧𝐳𝐨 𓆪

Seco mi rostro a cada segundo pero es inútil pues mi llanto no se detiene, entro por urgencias, busco a Matías y al verlo me siento mucho peor, está sentado y su rostro luce desencajado, en cuanto me ve se levanta y me abraza, ambos necesitamos contención pues Ari es muy especial en nuestras vidas.


—¿Te han dicho algo? —pregunto apenas nos separamos.

—Está en terapia intensiva, está mal Enzo...

♣︎

—Voy por agua, ¿quieres algo? —niego. —Ahora regreso.

Llevamos aquí casi una hora y aún no recibimos noticias, el tiempo es eterno en este lugar, algunas personas entran, otras salen y unas más se han ido de este mundo, ocasionando que sus familiares lloren desconsoladamente al recibir la noticia.

Tengo miedo.

No quiero perderla.

—Toma, lo necesitas —Matías me entrega un vaso de café, lo tomo por educación pero no tengo ganas de nada.

—Fue mi culpa —me mira con confusión.

—¿Qué dices? —

—Yo tuve la culpa, me buscó para aclarar las cosas pero no me sentía bien... y le dije que se fuera —mi mentón comienza a temblar. —No debí dejarla ir así —entrecierra los ojos, lo conozco y está molesto, no lo culpo, yo estaría igual.


—No es momento de buscar culpables, lo importante es que ella esté bien —asiento y le doy un trago al café.

—¿Saben algo? —Fernanda ha llegado, hace unos minutos le avisé.

—Nada —responde Matías de manera cortante. —Eres su mejor amiga, ¿sabes si tiene familia aquí? —

—Su padre, pero no sé si es buena idea, hace años perdieron comunicación —la pelinegra se encoge de hombros.

—Eso no importa, debemos avisarle por cualquier cosa —ambos asentimos ante la idea de Recalt. 

Un doctor se acerca a las enfermeras que están en la recepción, mira hacía acá y veo como se acerca, le doy un ligero codazo a Matías y ambos nos levantamos.

—¿Ustedes son familiares de Arianna Álvez? —levanta sus cejas.

—Yo... soy su novio —un nudo enorme se instala en mi garganta.

—Necesito algún familiar directo, sus padres, algún hermano —los tres nos miramos.

—Solo nos tiene a nosotros, somos su familia —responde Matías.

—Su padre vive aquí pero recién le avisamos, no sabemos cuánto tarde —agrega Fernanda.

—No podemos esperarlo, tenemos que intervenir y necesito a alguien que se haga responsable —

—¿Intervenir? —mi corazón está a punto de salirse de mi pecho.

—Tiene fracturado el brazo y la pierna izquierda, llegó con hemorragia interna, por ahora está estable pero no sabemos que pueda ocurrir durante la cirugía —un nudo se forma en mi estómago, Fernanda comienza a sollozar y se aparta, Matías toca su mandíbula.

—¿Puedo verla? —niega.

—Me gustaría hablar con usted —camina unos cuántos metros, estoy confundido pero lo sigo.
—Sobre su embarazo, no pudimos hacer nada, tuvo un aborto espontáneo —me mira con el ceño fruncido.
—Dijo que era su novio —

—Lo soy pero no... no estaba enterado —unas lágrimas ruedan por mis mejillas.

—Lo siento mucho —aprieta los labios.
—Necesito que vaya a recepción para que firme algunos documentos y también para que le entreguen las pertenencias de la señorita Álvez —hago lo que me pide, pero mi mente sigue intentando comprender la situación.

—¿Qué te dijo el doctor? —pregunta Matías en cuánto regreso con ellos.

—Necesito ir al baño —camino por los pasillos hasta encontrar los sanitarios.

Entro a un cubículo y me siento sobre el escusado, tengo la bolsa de sus pertenencias sobre mis piernas y de pronto me entra la curiosidad de revisar que hay dentro.

Encuentro el abrigo que Matías le compró en París, tiene algunos vidrios diminutos entre la tela, su teléfono está roto y también está su bolso, ese que siempre lleva a todos lados, al abrirlo observo un sobre blanco.

Confundido comienzo a desdoblar el papel, lo leo, son los resultados de una prueba de embarazo sanguínea, una palabra en negritas y subrayada llama mi atención.

POSITIVA

Salgo del cubículo, pongo mis manos sobre la encimera que sostiene el lavamanos, miro el reflejo que hay en el espejo, me veo mal pero por dentro es donde realmente está el desastre.

Hay dolor en cada centímetro de mi cuerpo, comienzo a maldecir a todo el mundo, incluyéndome, pues soy el creador de todo esto, lo que pasó fue mi culpa, si hubiera actuado diferente Ari estaría conmigo y no en ese quirófano peleando por su vida.

La puerta de los sanitarios se abre, es Matías, se acerca y posa su mano sobre mi hombro.

—Déjame solo —mis lágrimas caen sobre el lavamanos.

—Enzo, mírame —niego.
—Estará bien, hay que confiar, ¿que te dijo el doctor? —le entrego la hoja.

Un silencio se hace presente, no quita su mirada del papel, está igual de sorprendido que yo y sé que también le duele la noticia.

—Estoy seguro que esta noche me lo iba a decir, esa era la sorpresa y no llegué, si hubiera llegado todo esto no habría sucedido, pero no pude, no fui capaz de controlarlo —

—Deja de culparte —me gira y me enreda en sus delgados brazos. —Hay situaciones que no están en nuestras manos y esta es una de ellas, no sé cómo te sientes pero estoy aquí, para ti y para Ari.

—¿Qué voy a hacer si también la pierdo a ella? —

—No la perderemos.

Espero que las palabras de Matías sean verdad, necesito que Ari salga de aquí, y cuando lo haga, escaparé con ella, sin importar nada, sólo nosotros dos...

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No me funen, esto estuvo en mis planes desde el principio, es parte de la historia y sobre todo no olviden que es un fanfic.

𝐄𝐍𝐙𝐎 𝐕𝐎𝐆𝐑𝐈𝐍𝐂𝐈𝐂 - 𝐔𝐍𝐍𝐎𝐓𝐈𝐂𝐄𝐃 𝐄𝐒𝐒𝐄𝐍𝐂𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora