⪻ 𝐀𝐫𝐢𝐚𝐧𝐧𝐚 ⪼
Abro los ojos de golpe pero los vuelvo a cerrar porque la luz me lastima, luego de unos segundos los vuelvo a abrir, busco mi teléfono, son las ocho y treinta, se supone que pasarían por nosotros a las nueve y ni siquiera me he bañado, ni arreglado y mucho menos he desayunado.
Recuerdo lo que pasó anoche, tengo tanta vergüenza de ver a Matías a la cara pero del otro lado no se escucha nada y sí no lo despierto nunca llegaremos a esa entrevista.
—Matías —susurro en la puerta y doy unos golpecitos. —Matías —no recibo respuesta y los minutos no dejan de avanzar así que decido abrir la puerta.
Está roncando pero de manera anormal, parece que está conectado a un amplificador y que le han subido todo el volumen posible, me acerco y lo muevo ligeramente pero no despierta y no hay otra opción que utilizar la misma técnica del vuelo.
—¡Matías! ¡La concha de tu madre! —se mueve como si de un gusano se tratara y cae al piso.
—¡Auch! —se queja.
—Nada de auch, te lavas la cara, te cambias y te vacías la botella de perfume, todo eso en menos de cinco minutos —regreso a mi habitación y saco del clóset lo primero que se me cruza.
—¿Ari te sientes bien? —pregunta.
—Sí muy bien.
—¿Ya viste qué hora es? —exhalo con fastidio y camino hasta dónde se encuentra ese irresponsable.
—Casi las nueve y a esa hora vienen por nosotros —me mira con el ceño fruncido.
—De la noche Ari —se levanta de la cama y pone frente a mí su teléfono.
—¿Me estás bromeando? —niega. —Hace rato pasaron cosas, vino Nicolás y dijo que tenías una entrevista.
—¿Qué tipo de cosas? —niega con la cabeza. —Mira el cielo, es de noche tonta, tenemos sólo algunas horas de haber llegado y desde que cruzamos esa puerta lo único que hemos hecho ha sido dormir.
Que buena noticia.
Regresa a su habitación y cierra la puerta de mala gana, reviso mi teléfono para asegurarme de que Matías tiene razón y sí que la tiene, tal vez el cambio de horario me afectó pero ¿por qué mierda soñé eso?.
El hotel a pesar de aceptar mascotas sin ningún problema no cuenta con servicios especializados para ellos y Aranza debe tener mucha hambre al igual que su mami, tomo mi bolsa y salgo de la habitación.
Al pasar por el lobby me percato de la presencia de Enzo, está sentado en uno de los tantos sofás elegantes que pertenecen a este establecimiento, tiene su pierna derecha encima de la izquierda, en sus manos tiene su teléfono y de su cuello cuelga su cámara fotográfica, la misma que lleva a todos lados, quiero hablarle e invitarlo a acompañarme pero no quiero invadir su espacio así que paso de largo y salgo del lugar.
—¡Ari, espera! —escucho detrás de mí, doy media vuelta y ahí está Enzo, como si mi mente le hubiera mandado señales por telepatía. —¿A dónde vas? —
—Aranza no ha comido pero sé que al despertar buscará su platito —me encojo de hombros, una sonrisa dulce aparece en su rostro.
ESTÁS LEYENDO
𝐄𝐍𝐙𝐎 𝐕𝐎𝐆𝐑𝐈𝐍𝐂𝐈𝐂 - 𝐔𝐍𝐍𝐎𝐓𝐈𝐂𝐄𝐃 𝐄𝐒𝐒𝐄𝐍𝐂𝐄
Fanfiction«𝐔𝐧 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐪𝐮𝐞 𝐟𝐥𝐨𝐫𝐞𝐜𝐞 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐮𝐧 𝐩𝐚𝐫 𝐝𝐞 𝐨𝐣𝐨𝐬 𝐨𝐜𝐞𝐚𝐧𝐢𝐜𝐨𝐬, 𝐦𝐢𝐥𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐭𝐮𝐥𝐢𝐩𝐚𝐧𝐞𝐬 𝐧𝐚𝐫𝐚𝐧𝐣𝐚𝐬 𝐲 𝐯𝐚𝐫𝐢𝐚𝐬 𝐜𝐢𝐜𝐚𝐭𝐫𝐢𝐜𝐞𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐚𝐥𝐦𝐚; 𝐮𝐧 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐬𝐞 𝐦𝐚𝐫𝐜𝐡𝐢𝐭𝐚 �...