𝟐𝟒. ¿𝐓𝐄 𝐒𝐈𝐄𝐍𝐓𝐄𝐒 𝐁𝐈𝐄𝐍?

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⪻ 𝐀𝐫𝐢𝐚𝐧𝐧𝐚  ⪼

Abro los ojos de golpe pero los vuelvo a cerrar porque la luz me lastima, luego de unos segundos los vuelvo a abrir, busco mi teléfono, son las ocho y treinta, se supone que pasarían por nosotros a las nueve y ni siquiera me he bañado, ni arreglado y mucho menos he desayunado.

Recuerdo lo que pasó anoche, tengo tanta vergüenza de ver a Matías a la cara pero del otro lado no se escucha nada y sí no lo despierto nunca llegaremos a esa entrevista.

—Matías —susurro en la puerta y doy unos golpecitos. —Matías —no recibo respuesta y los minutos no dejan de avanzar así que decido abrir la puerta.

Está roncando pero de manera anormal, parece que está conectado a un amplificador y que le han subido todo el volumen posible, me acerco y lo muevo ligeramente pero no despierta y no hay otra opción que utilizar la misma técnica del vuelo.

—¡Matías! ¡La concha de tu madre! —se mueve como si de un gusano se tratara y cae al piso.

—¡Auch! —se queja.

—Nada de auch, te lavas la cara, te cambias y te vacías la botella de perfume, todo eso en menos de cinco minutos —regreso a mi habitación y saco del clóset lo primero que se me cruza.

—¿Ari te sientes bien? —pregunta.

—Sí muy bien.

—¿Ya viste qué hora es? —exhalo con fastidio y camino hasta dónde se encuentra ese irresponsable.

—Casi las nueve y a esa hora vienen por nosotros —me mira con el ceño fruncido.

—De la noche Ari —se levanta de la cama y pone frente a mí su teléfono.

—¿Me estás bromeando? —niega. —Hace rato pasaron cosas, vino Nicolás y dijo que tenías una entrevista.

—¿Qué tipo de cosas? —niega con la cabeza. —Mira el cielo, es de noche tonta, tenemos sólo algunas horas de haber llegado y desde que cruzamos esa puerta lo único que hemos hecho ha sido dormir.

Que buena noticia.

Regresa a su habitación y cierra la puerta de mala gana, reviso mi teléfono para asegurarme de que Matías tiene razón y sí que la tiene, tal vez el cambio de horario me afectó pero ¿por qué mierda soñé eso?.

El hotel a pesar de aceptar mascotas sin ningún problema no cuenta con servicios especializados para ellos y Aranza debe tener mucha hambre al igual que su mami, tomo mi bolsa y salgo de la habitación.

Al pasar por el lobby me percato de la presencia de Enzo, está sentado en uno de los tantos sofás elegantes que pertenecen a este establecimiento, tiene su pierna derecha encima de la izquierda, en sus manos tiene su teléfono y de su cuello cuelga su cámara fotográfica, la misma que lleva a todos lados, quiero hablarle e invitarlo a acompañarme pero no quiero invadir su espacio así que paso de largo y salgo del lugar.

—¡Ari, espera! —escucho detrás de mí, doy media vuelta y ahí está Enzo, como si mi mente le hubiera mandado señales por telepatía. —¿A dónde vas? —

—Aranza no ha comido pero sé que al despertar buscará su platito —me encojo de hombros, una sonrisa dulce aparece en su rostro.

𝐄𝐍𝐙𝐎 𝐕𝐎𝐆𝐑𝐈𝐍𝐂𝐈𝐂 - 𝐔𝐍𝐍𝐎𝐓𝐈𝐂𝐄𝐃 𝐄𝐒𝐒𝐄𝐍𝐂𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora