𝟑. 𝐇𝐀𝐙𝐋𝐎 𝐀𝐑𝐈

17.7K 1.2K 827
                                    

⪻ 𝐀𝐫𝐢𝐚𝐧𝐧𝐚 ⪼

—Hemos llegado.

Acomodo el tirante de mi mochila y subo a la acera, ni siquiera así estoy cerca de alcanzarlo, es demasiado alto.

Mis pies y cabeza deberían estar doliendo, como cada noche al regresar a casa, en cambio me siento más que bien, como cuando es día feriado y puedo despertar tarde.

—Bueno, esperaré a que entres para irme.

Paso un mechón de cabello detrás de mi oreja, lo miro y sonrío ampliamente.

—Gracias por acompañarme —parece que mis piernas están pegadas al pavimento.

—No agradezcas —levanta ambas cejas. —¿Cómo te llamas? —

—Arianna.

—Gracias a ti por salvarme, Ari.

Doy media vuelta para entrar a mi pequeño hogar pero nuevamente sujeta mi brazo y por milésima ocasión siento ese cosquilleo.

—¿Volveré a verte? —dice casi en un susurro pero por su voz tan varonil lo pude escuchar perfectamente.

—¿Volverás al bar? —respondo con otra pregunta, no quiero verme como demente y decirle; me encantaría volver a verte, Enzo Vogrincic.

—Lo haré, sin duda.

Acaricia mi piel con su pulgar y esta no tarda ni un segundo en erizarse, espero que no se haya dado cuenta.

—Nos vemos después, hombre misterioso.

Asiente y entro a casa, cierro la puerta y observo por la mirilla cómo se va alejando, suelto un gran suspiro y le ruego a cualquier fuerza sobrenatural que Enzo y yo volvamos a coincidir aunque sea una vez más.

𝐄𝐧𝐞𝐫𝐨 𝟓, 𝟐𝟎𝟐𝟒

Han pasado tres días y Enzo no ha vuelto a aparecer ni en el bar ni tampoco en mi casa, me siento un poco tonta al creer que volvería a verlo pero en sus ojos había algo que me impulsó a creerle y desde esa noche no he podido sacarlo de mi cabeza.

Estoy recargada en la ventanilla del bus, me dirijo al bar, la doctora no tenía agendada ninguna cita para el día de hoy así que no me presenté, estoy más desganada que de costumbre y sólo quiero que este día termine.

—Hola Ari, llegas un poquito temprano, como toda esta semana —dice Ed mientras limpia una de las quince mesas del lugar.

—Lo sé, es sólo que, me aburro en casa —me encojo de hombros.

—No me des explicaciones sabes que puedes llegar a la hora que quieras.

Me coloco mi mandil, es viernes y los clientes no tardan en comenzar a llegar, tengo la esperanza de qué Enzo haga sonar esa campanilla pero de no ser así, prometo no seguir esperándolo.

Fer está enferma y Ed le dió el día así que María estará acompañándome en la barra.

—Hola muñeca —es un hombre alto y el tono que usó no me gusta para nada, odio este tipo de clientes.
—Un whisky —me guiña, lo ignoro porque siento que voy a explotar y esta botella de whisky terminará contra su cabeza.

Pongo el trago sobre la barra y giro para regresar la botella al estante.

—Hey, bonita —escucho detrás de mí, pongo los ojos en blanco y preparo mis mejores insultos.

𝐄𝐍𝐙𝐎 𝐕𝐎𝐆𝐑𝐈𝐍𝐂𝐈𝐂 - 𝐔𝐍𝐍𝐎𝐓𝐈𝐂𝐄𝐃 𝐄𝐒𝐒𝐄𝐍𝐂𝐄Where stories live. Discover now