CAPÍTULO 51

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" Todo lo que quiero no es nada más que escucharte tocar mi puerta, 

porque si pudiera ver tu rostro una vez más, podría morir como un hombre feliz, 

cuando dijiste tu último adiós, morí un poco por dentro" 

All i want - Kodaline. 


Lyall gozaba enormemente tener a sus hermanos con él en un momento tan especial como las primeras semanas de vida de su hijo. Era una contención enorme y sabía que su adorada Lyanna pensaba igual, pues los amaba como si fueran sus propios hermanos de sangre.

Disfrutaban los almuerzos y las cenas todos en compañía y mientras él y Harwin salían a cazar, Lyanna y Hedvika se ocupaban de recibir aquellos que buscaban el refugio del señor de las tierras. Lyall confiaba en ellas tanto como para que obraran en su nombre.

Los días pasaron y el pequeño Ludwigg tomaba más fuerzas, le hacía honor a su apellido. Estaba ansioso por presentárselo a su padre, quería que la semana de las bodas llegara rápido.

Tenían todo planeado, viajarían a la capital los cinco para la boda de Hedvika y se quedarían el tiempo necesario para celebrar todos los Strong juntos tanto la boda como el nacimiento. Incluso los Stark también estarían allí, Cregan y su familia ya estaban de camino a la capital.

Por supuesto, Larys fue incluido en esos planes si no querían que sospechara que lo tenían en la mira más de lo normal. Ahora bien, en las interminables reuniones con sus hermanos, esposa y cuñada, solo llegaron a un acuerdo definitivo en cuanto a él. Un acuerdo complicado de confeccionar y difícil de aceptar.

Concluyeron que sus esfuerzos no daban resultados, que el intentar probar un incendio de hace años y un complot aparente era inútil a esa altura de la sospecha. Alys había desaparecido del mapa y Otto parecía no darle mucha importancia al retorno de Larys a la corte.

En su lugar prefirieron enfocar sus esfuerzos en protegerse en vez de atacar, estarían atentos a todo movimiento de Larys, a todo hombre, mujer o niño con el que hablara, a cada cuervo y pergamino que fuese enviado.

Hedvika era la más empeñada en dejar sus planes originales atrás, ella anhelaba justicia para Euphemia y sus medios hermanos, pero luego de varias intervenciones la convencieron de gastar sus fuerzas en renovadas tácticas que en otra cosa.

El tema era así, le harían frente en el mismo momento que moviera sus piezas, si era que lo hacía.

Dejando ese asunto de lado, volver a estar todos juntos en Harrenhal le dio a Lyall la felicidad que completó la dicha de su existencia.

Pero, siempre había un pero en sus vidas, la maldición que algunos decían que azotaba al castillo se hizo presente a pocos días de iniciar su viaje a King's Landing.

Era el único de la familia en el castillo, solo lo acompañaba Claude. Harwin y Hedvika habían salido a la feria de la villa en busca de regalos para sus seres queridos en la corte, y Lyanna y Jayne paseaban por la costanera de la laguna al sur de los jardines.

Trabajaba en la cocina ese día despostando un cerdo, era habitual que ocasionalmente ayudara en la cocina, le traía un poco de tranquilidad a su mente ocupada. Claude le dijo que lo asistiría, pero solo parloteaba sobre lo insoportable que se había vuelto Elizabeth al enterarse que su prima se casaría con un príncipe.

—Arde de envidia, hasta su propio esposo se lo dijo. No sé cómo compartimos sangre.

—Conozco el sentimiento— contestó riéndose mientras afilaba unos cuchillos.

Warrior, Mother and MaidenWhere stories live. Discover now