CAPÍTULO 27

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Rhaenyra era consciente del aprieto en el que metió a Aegon al sugerir, sin detenerse a reflexionar para nada en su nueva vida, que acompañara al resto durante la gira. Sólo pensó en la oportunidad que le daba el ir de aquí a allá por todo el reino.

A los preparativos de la boda se le sumaron los del viaje. Todo iba excelente, los días pasaban rápido y la ansiedad de viajar se extendía desde Luke en Driftmark hasta Aemond en el patio de peleas, sin embargo quien cargaba montones de tal emoción era Aegon quien parecía querer arrojarse del campanario o en su defecto arrojar a Rhaenyra. Ella realmente lo lamentaba. No había sido su propósito, no obró con malas intenciones. Solo quería que Aegon tuviera su primera gira real.

-¿Qué se supone que debo hacer, esconder a Gaemon en las alforjas de Sunfyre? -Su hermano caminaba de una esquina a la otra dentro de la fosa de dragones- Si no voy sospecharán, y si voy dejaré a Gaemon solo, no puedo hacer.

-Podemos cuidarlo con Harwin, ya nos conoce.

-No te ofendas, pero no es la mejor opción. Ya lo abandonó su madre, no quiero que piense que yo también lo hago y para colmo para ir en busca de una esposa- Aegon se sentó en el suelo, derrotado con la cabeza entre las manos y rodillas, en la ausencia de palabras Rhaenyra estaba expectante de lo que él pudiese a llegar a decir -Se los diré después de la boda, con suerte estarán entretenidos con los torneos.

-Aegon, tienes mi completo apoyo. Si lo deseas estaré contigo cuando se los digas.

Se agachó hasta quedar a la misma altura y acarició el cabello de su hermano. No lo dejaría solo en un momento tan crítico como ese, no se apartaría de su lado y si tenía que defenderlo con uñas y dientes lo haría.

-Tengo miedo, no por mí, por él. Sé como es mi madre con los bastardos.

La incomodidad los envolvió medio segundo después de que dijera eso. Era una obviedad que Aegon no lo hizo con doble intención, su hermano podía hacer comentarios de ese orden, pero nunca respecto al tema de los hijos del otro. Razón no le faltaba, Alicent fue por años cruel con los hijos de Rhaenyra por el simple rumor de que eran lo que eran.

No quería imaginar como se lo tomaría si viniera de su propio hijo.

-Nyra no quise decir eso-Se retractó.

-No se trata de mi o de los rumores que se dicen de mis hijos. Se trata de tí y del pequeño Gaemon.

-¿Sabías que le dicen el rey conejito?-dijo Aegon con aires de orgullo y cambiando el tema rotundamente - me lo contó esta mañana, supuestamente es por el cabello.

El mutismo retomó su puesto haciendo que ambos hermanos quedarán sumidos en sus propias mentes. Rhaenyra no sabía bien qué podía estar pensando Aegon, pero era claro que le daba dolores de cabeza.

-Hablaré con padre-ofreció después de sentarse en el suelo imitando su posición-, no le diré exactamente lo que sucede, pero indagaré en qué es lo que puede llegar a pasar.

Aegon siguió caminando de un lado a otro en completo silencio mientras Rhaenyra lo miraba sentada. Modulaba algo, luego parecía arrepentirse, después volvía a hablar para sí y así continuó por largo rato. A la mujer le ponía los pelos de punta todo el asunto, y mucho más ver a su hermano sumido en tal estado de estrés.

-Se los diré antes de la boda, estarán aún más ocupados y no me prestarán tanta atención -informó convencido de lo que decía-No quería hacerlo porque arruinaría el evento, pero creo que es lo mejor. Helaena y Jace son más relevantes estos días y para cuando madre y padre quieran darse cuenta Gaemon ya se habrá ganado sus corazones, se hace querer ese niño, lo sacó de mi.

Warrior, Mother and MaidenWhere stories live. Discover now