CAPÍTULO 41

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"Tengo mareos emocionales, 

alguien que baje las ventanas, 

no hay palabras en el lenguaje inglés que pueda gritar para ahogarte" 

Motion Sickness -Phoebe Bridgers 


El dicho popular era que la compañía femenina influenciaba a los hombres cuando era la correcta. Helaena experimentaba un contento extraordinario al saber que sus hermanos tenían buenas compañías y ya no eran tan estúpidos, o bueno, tal vez era un espectro de su madurez adulta.

Aegon se apegó a Baela desde un inicio y continuaba así, ambos se potenciaban y aunque a veces se descarriaban formaban un equipo bastante peculiar; se interesaban por las opiniones de los plebeyos, ayudaban cuando era necesario y no les importaba mezclarse entre la servidumbre, gozaban de sus privilegios pero no se quedaban solo con ello. Daeron, por otro lado, encontró a la persona perfecta para él en Cassandra. Durante las tres semanas que pasaron en Fuerte Terror, a Helaena le gustaba verlo tan cómodo a su alrededor, con algo más en el rostro que un ceño fruncido, y sin estar tensionado o preocupado por atrapar la atención de la dama, pues ella se la daba de buena manera, hasta aceptó un vuelo corto en Tessarion y fue la envidia de sus hermanas y la alegría del príncipe. Había cambiado, y gustosamente para bien.

Aegon charló con Borros sobre la posible unión entre ellos y sugirió que la dejara seguir el viaje con ellos como una invitada especial, el hombre por supuesto aceptó orgulloso de que su hija fuese blanco de uno de los príncipes. Así que ahora Cassandra y Daeron pasaban horas juntos como si el tiempo fuera irrelevante.

Su hermano mayor sabía como moverse, pues si Daeron se encariñaba con Cassandra y viceversa se casarían y Hedvika quedaría libre del posible compromiso dando paso a un plan sencillo ideado por él y Baela para unirla a Aemond.

En cuanto a ellos dos, Helaena podía decir que se habían vuelto una extensión del otro.

Cuando Hedvika no estaba ella como dama estaba con Aemond, a veces lo acompañaba hasta las cercanías de Vhagar y lo esperaba sentada en algún árbol ya sea leyendo, bordando o practicando arquería, pero siempre esperaba por él. Y él la acompañaba a las cabalgatas, le enseñaba historia valyria o simplemente yacía a su lado cuando hacía cosas tan sencillas como peinarse o escribir cartas.

Pero a pesar de que el ambiente de la gira tomó un color más cálido, más dorado y lo inundaba la buena fortuna, no todos se alegraban con ello, especialmente con un potencial matrimonio entre una Baratheon y un Targaryen.

Habían dejado Fuerte Terror hacía tres días, y aún así les quedaba un largo trecho hasta llegar al corazón del norte, Winterfell. Debían pasar por dos casas más, una vasalla de los Stark y otra de los Bolton; una estaba prevista, la otra no. Los Sacredmore los esperarían por propia voluntad, se ofrecieron cuando se enteraron que que la familia real estaba a medio camino y se avecinaba un leve temporal. Lady Sacredmore, regente de su hijo, les proporcionaría refugio y nuevos abrigos, su casa era famosa en la región por el comercio de cueros, trigo y por ser excelentes anfitriones.

Aegon, Helaena y Jace consideraron que sería lo mejor y que de no aceptar la invitación sería un insulto. Obviamente había algo detrás, por suerte no era un matrimonio o algo así, sino una mayor visibilidad a sus comercios en el sur. En un ir y venir de cartas, Luke también participó firmando la suya con la sentencia de comprar determinadas cantidades de granos para Driftmark, cuya fertilidad para las plantaciones no era tan exquisita.


El día de la fecha se encontraban a cinco lunas de distancia del fortín de los Sacredmore y gracias a los Dioses no habían vestigios de alguna tormenta fuerte, salvo la que las alas de Tessarion provocó esa misma tarde.

Warrior, Mother and MaidenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora