CAPÍTULO 35

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"La primera vez que me tocaste, 

Oh ¿Estas maravillas alguna vez cesarán? 

Bendito sea el misterio del amor" .

Mystery of Love- Sufjan Stevens.  


Hedvika buscaba desmesuradamente una solución para el ultimátum de su padre. Aegon dijo que la ayudaría pero no veía cómo.

Genuinamente no quería casarse con Daeron, inclusive prefería hacerlo con Wymond que era vanidoso hasta la médula y de lo más seguro se preocuparía por el ángulo en el que el maestre los viese consumar el matrimonio que por la consumación en sí.

No tenía un problema específico con Daeron, era solo que...era Daeron. Cuando se conocieron tiempo atrás creyó que era alegre como Aegon pero de semblante serio como Aemond, y un poco tímido como Helaena, sin embargo no pudo ser tan diferente. Evitaba discutir con él porque de hacerlo le arrancaría los pelos. Bailaba con él pero deseaba romperse la pierna con un martillo en el instante que comenzaba la música. Y a pesar de ser relativamente gentil con ella, era grosero con los demás, discutía con sus hermanos y decía barbaridades de sus sobrinos. Por no mencionar las cosas que la princesa le contó sobre discusiones pasadas.

No quería encadenarse a una persona así para toda la vida.


Le escribía a Harwin la mañana después de la escapada al festival. No pegó el ojo luego del regreso, la sensación de una inmensa alegría se lo impidió, volaba por las nubes y es que amó cada suceso de la noche. La cosa es que en la carta expresó desesperación y un pedido de ayuda.

"Conoces a tu cuñado, tal como lo estoy conociendo yo ahora mismo, por favor hermano, sugiérele a padre otra opción. No lo sé, tienes conocidos con familiares bien portados, preséntaselos. Imagina mi desesperación que hasta puedo aceptar ser esposa de Arthur".

Detuvo la escritura cuando golpearon la puerta, era Aemond, y al escuchar su "Buenos días, Vika"  su corazón saltó de manera inesperada, o esperada, ya no sabía diferenciar sus reacciones frente a él. Algunas veces sentía un leve hormigueo recorrerle la espalda y atribuía dicha sensación a la alegría que le daba compartir tiempo con su amigo.

Dado que todos tenían sus propios compañeros, Hedvika a veces se sentía mal tercio en algún dúo como el de Rhaena y Luke, o el de Jace y Helaena. Aemond al parecer experimentaba la misma desdicha de sobrar en ciertas ocasiones, por lo tanto en algún acuerdo implícito se encontraron haciéndose compañía mutua, y sorpresivamente, a gran diferencia del principio de su relación, su tiempo juntos era complaciente en ambas direcciones.

En palabras de Baela, últimamente parecía más dama de compañía de Aemond que de Helaena. Hedvika tenía sus razones, quería darles privacidad a los príncipes durante su luna de miel. Estaba junto a ellos cuando Helaena la solicitaba, pero el resto del día se la pasaba deambulando de grupo en grupo hasta que Aemond la atrapaba y la invitaba a hacer lo que sea.

La mirada interrogatoria de Hedvika dio paso a la explicación del porqué Aemond la visitaba esa mañana.

—Hel me envió a buscarte, me pidió que las acompañara. Nos está esperando en la carroza.

Aemond no se movió de su lugar, permaneció estancado debajo del umbral de la puerta, y Hedvika no se dio cuenta de ello hasta que él le indicó donde estaba el zapato que tanto buscaba.

—La organización no es tu fuerte. 

—Viene de familia. 


Warrior, Mother and MaidenWhere stories live. Discover now