CAPÍTULO 36

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"Muéstrales que tu color es negro

Le pasan cosas malas a la gente que amas, 

y te encuentras rezando hasta el cielo arriba" 

Bad Things- Cults 


Mientras los hijos de la corona se divertían volando entre las montañas del Valle y bailando hasta sentir dolor en los pies, en King's Landing Rhaenyra padecía los despojos de su mentira. Fue incapaz de alejar a Harwin de su descubrimiento, se sentía miserable al mentirle, no acostumbraba a ocultarle cosas. Era doloroso.

La opción más viable fue contarle sus sospechas y planes en cuanto a Otto, no obstante lo más duro fue explicar el aparente nexo entre Larys y él.

Pasó una noche entera en vela pensando como decirle o como hacerle entender, más no tuvo otra elección que sacar a la luz la horrorosa verdad de Larys y la reina.

Harwin se escandalizó y pasó desde la negación a la aceptación y luego a la cólera, fue una tarde llena de emociones intensas. Preguntas como "¿Por qué me lo ocultaste? ¿Crees que lo defendería de saber qué hacía esas cosas? ¿Realmente piensas que quiso asesinarnos? ¿Qué beneficios obtendría con la muerte de tu padre?".

Rhaenyra contestó cada una de las preguntas y esclareció las dudas y suposiciones de Harwin. Detalló todo en cuanto sus propias hipótesis y confesó tener espías en el castillo siguiendo a Larys, a Otto y otro par de personas más, pero no dijo que Hedvika trabajaba para ella. Su esposo no reaccionó de manera efusiva ante esto último ya que él también le confesó tener hombres entre la ciudad y los muros exteriores de la fortaleza que le otorgaban montones de información.

Pero siguiendo el tema de Larys, Harwin se mantuvo exaltado.

—¿Él no...él no le hizo nada más a la reina? —Preguntó con miedo a la respuesta.

—No, eso tengo entendido. No quise decir nada para proteger a Alicent, pero necesito que entiendas que Larys no es de corazón amable como tú y tus hermanos, y que esto de la reina solo es la sombra de algo más grande. 

Su esposo se rascó la barba con enojo y luego pasó las manos por el rostro para después apretarse los brazos. No sabía que hacer con sus extremidades, los nervios, la impotencia y el enojo lo invadían. Rhaenyra quería adueñarse de eso y dejarlo libre de padecimientos, lo haría de ser posible. Soportaría mil horrores con tal de no verlo triste, enfadado o cualquiera que sea su estado atroz.

—Te cuento esto porque soy incapaz de actuar a tus espaldas.

—¿Estás completamente segura?

—Si, por lo menos de los abusos hacia la reina, del resto también a pesar de que sean especulaciones basadas en evidencia escasa. Cuando más de tres personas están de acuerdo en una sospecha...

—Debes tener de todo menos una vista maltrecha— Harwin terminó el famoso dicho—¿Qué tienes planeado para afrontarlos?

—No lo sé aún, Daemon pretende seguir sus instintos básicos, pero a pesar de querer imitarlo no creo que sea lo mejor.

—¿Hablas de llamar al Extraño?

—Si, pero no lo haré, no sin antes sacarles la verdad de la boca—Rhaenyra tomó las manos inquietas de Harwin—Amor mío, sé que piensas con el corazón y que tu razonamiento es lógico, y bien sabes que no soy la única que que apuesta por la oscuridad de tu hermano ¿Estarás a mi lado en esta búsqueda de la verdad?

Warrior, Mother and MaidenWhere stories live. Discover now