CAPÍTULO 28

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Inmediatamente después de que Luke se haya instalado por fin en sus nuevos aposentos, Jace propuso robar una botella de Dorado del rejo y esconderse en uno de los cuartos secretos que su madre les enseño años atrás. Luke se tomó las molestias de llevar jamón, queso, pan y tartas. Era un picnic clandestino que tenía como objetivo ponerlos al día después de meses separados.

Los dos días que pasaron juntos los hermanos Velaryon cuando fue la ceremonia del heredero no fueron suficientes. Habían historias, rumores, peleas, y noticias que debían ser contadas a la luz de unas cuantas velas en la soledad de un escondite.

Jace se reía a carcajada limpia de las anécdotas de su hermanito, su favorita hasta ese momento era la de su primera borrachera en alta mar. Luke contó que vomitó toda la mañana, que la jaqueca era más molesta que los llantos de Aegon y Viserys, y que Rhaenys lo reprendió pero que Corlys dijo era una buena manera de amistarse con el mar. Pero todo cambió cuando le relató la llegada inesperada de Daemon.

—Tienes suerte, tu suegro es nuestro abuelo, yo tengo al desquiciado de su hermano.

Resulta que Daemon llegó a Driftmark por pedido de Rhaenys, pero nadie esperaba que llegase tan pronto y con aires de irritación.

—¿Desde cuándo la abuela necesita a Daemon?

—Desde que Baela le saca canas verdes.

Baela era la protagonista principal de la historia. No había mucho que decir, solo que se besó con un muchacho de la servidumbre en las playas, uno de los hombres de Corlys los vio y por ende los acusó. Rhaenys quería castigarla dejándola sin volar un mes, pero Baela la contradijo diciendo que él único que podía hacer eso era Daemon.

Su prima era buena pero a veces la asaltaban brotes de rebeldía que la hacían ser digna hija de su padre.

Como era esperable el hombre salió en defensa de su hija y se negó a reprenderla.

—Y dijo "No es como si se hubiese embarazado, déjala ser joven e idiota". 

—Sigo sin entender porque dijiste que era un desquiciado.

—Golpeó al mensajero de la abuela, y después amenazó con cortarle la oreja y la lengua al hombre que los vio por ser, según sus palabras, un maldito chismoso que le falta diversión.

—Yo haría lo mismo si tuviese una hija, con lo divertido que es besar no se lo prohibiría.

—Si, tienes razón, es divertido— dijo Luke pensativo. 

—Un momento...

—Si, antes que lo preguntes, la respuesta es si.

Jace lo abrazó como si fuese el logro más grande de todos. Lucerys se sonrojó tanto que parecía un tomate, y lo gracioso era que a ese color se le sumó el rojo de las quemaduras de sol que había acumulado con los meses.

El amanecer los alcanzó y ellos aún seguían charlando de cientos de cosas. Sin embargo salieron disparados cuando Luke recordó la reunión familiar de esa mañana. Al llegar se encontraron con que no eran los únicos que faltaban, aún no habían llegado Daeron, ni Viserys, ni siquiera Helaena y Rhaenyra, allí solamente estaban Aemond, Aegon, Harwin, Alicent, Otto y Daemon.

Se relajaron porque sabían que faltaría un buen rato antes de que todos estuvieran juntos. Hasta incluso Luke se permitió dormitar en el sillón cercano a la ventana.

Daemon lo despertó veinte minutos después con un almohadazo cuando el rey entró seguido de Helaena y Daeron.

—¿Qué hay de Rhaenyra, no la esperaremos?—preguntó Aemond.

Warrior, Mother and MaidenWhere stories live. Discover now