CAPÍTULO 42

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"Pienso en tí cada noche y día,

tomaste mi corazón y me quitaste el orgullo, 

me odio por amarte, 

no puedo liberarme de las cosas que haces"

I hate myself for loving you -Joan jett & the blackhearts. 


Rhaenyra y Harwin amaban a sus hijos, pasaban sus tardes libres con los pequeños jugando en los jardines o leyendo cuentos de aventura. Joffrey era el más compañero por obvias razones, y cuando no estaba con la septa, estaba en los aires con su madre o en el patio de armas con su padre.

Sin embargo, la soledad de la pareja era fundamental para el bienestar del matrimonio.

La princesa y su consorte se vieron envueltos en una agradable semana de pura intimidad al tener que viajar a WhiteStone. Larys recibiría a un viejo amigo suyo y si querían mantener las apariencias debían permitírselo, pero ambos estarían presentes. Además, Harwin quería cinco caballos nuevos para la guardia, y su hermana se los cedió.

En el corto viaje se detuvieron en dos posadas extremadamente pintorescas y de alta alcurnia, una a la ida y otra a la vuelta; lo más probable era que fuesen exclusivas para nobles y demás.

En ellas, Harwin y Rhaenyra no se abstuvieron de sus deseos carnales y llamaron a la pasión más de tres veces por noche.

—Necesitamos más niñas—dijo Rhaenyra semidesnuda recuperándose de su asalto de excitación.

La declaración tomó por sorpresa a Harwin quien se separó de su copa de vino con una sonrisa extraña en su rostro. Como si entendiera y a la vez no.

—¿Disculpa?

—Si, con cinco varones Visenya está en desventaja.

—Tal vez Jace tenga una pequeña.

—Igualmente estarían en un inconveniente, y si contamos a Gaemon peor. No puedo dejar a mi niña sola.

—Hablas como si ellos fuesen salvajes.

—No, me refiero a que sería lindo que Nya tuviese una compañía femenina.

—¿Sugieres tener otro bebé, amor? ¿No querías un descanso?

Rhaenyra ya había considerado y puesto sobre el tablero a todos los factores influyentes para un sexto embarazo. Algo totalmente opuesto a lo que había pensado muchos meses atrás. Gerardys le dijo que era joven y que no había sufrido experiencias traumáticas como para que hubiese daños en su matriz; con el tiempo correcto de espera y los cuidados de siempre hasta podría superar el récord de Alyssane.

No quería llegar a tal extremo, pero uno más no le haría daño.

—Tal vez para cuando los mellizos cumplan tres, no queda mucho pero me daría un margen de descanso apropiado ¿Qué te parece?

—¿Y si es niño?

—Bueno, rogaremos a que el dragón de Visenya sea el más grande de todos—Rhaenyra caminó hasta su esposo y lo rodeó con ambos brazos, él la recibió de buena gana, y la piel de ambos aun febril se puso de gallina. Lo acarició y apoyó la cabeza en su pecho, esperando que su respuesta fuese una afirmación—Si mi madre me viera se reiría, recuerdo haberle dicho preferir ser un caballero antes que parir.

—También recuerdo haberme negado a la paternidad cuando era joven ¿Realmente lo quieres?

La princesa esbozó una enorme sonrisa que Harwin consideró como la luz más resplandeciente del lugar. La ternura en la expresión de su esposa lo cautivó tanto que fue inevitable no besarla allí mismo. Si ella quería una niña, una niña le daría.

Warrior, Mother and MaidenWhere stories live. Discover now