EXTRA #1

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Estiré mis pies en su dirección y le brindé mi mejor sonrisa.

―Dame un masaje, mis pies duelen.

Sam hizo una mueca de asco.

―¿Soy tu esposo?

―No.

―¿Tu novio?

―No.

―¿Tu hermano?

Bufé.

―Pues supongo que no.

―¿Entonces por qué yo debería ensuciar mis manos limpias con tus pies mugrosos?

―¡Samuel, mis pies no están mugrosos! ―Me quejé y lo miré mal―. Me ducho todos los días, soy muy limpia por si no lo sabías. Además, cuido mucho mis pies, me hago pedicure a menudo. ¿No ves que mis pies son muy bonitos? Las modelos matarían por tener pies así que luzcan en las pasarelas.

Puso los ojos en blanco.

―Estoy ocupado.

―Samuel...

El chico bufó antes de tomar la crema de mala gana para colocarla en mi pie derecho y así comenzar a masajearme.

Se siente bien.

Mis pies están hinchados y lo odio.

―Todavía que no le vas a poner Samuel a mi sobrino, me tienes aquí masajeando tus patas...―Refunfuñó sin dejar de masajear.

―¿Prefieres estar aquí o armando la cuna?

―Preferiría estar en mi casa, pero no me queda de otra...―Dejó las palabras en el aire―. Mi hermano y el tuyo me obligaron a venir.

―Oh, sabes que amas estar aquí porque me amas a mí. No te hagas el cabroncito.

Volvió a bufar.

Nela saltó al sillón para colocarse encima de mi regazo mientras Samuel aún masajeaba mis pies. En la habitación de Logan, aún se escucha ruido de tornillos, madera y por supuesto, las voces de mi hermano y de Neal que seguro están terminando de armar la cuna del bebé.

Bueno, al menos eso espero. Llevan un rato ahí.

Unos cinco minutos después, Samuel se hartó y se levantó.

―Listo, creo que ya hice mucho por ti este día. La verdad prefiero cumplirte algún antojo antes de tener que dar masaje. Odio dar masaje.

―¿Qué pasará el día que tengas una esposa embarazada que quiera que le des masaje?

―Ahí cambia la cosa; tú no eres mi esposa, cuñadita. Y no digas que no te quiero, ya demostré mi amor por ti y mi sobrino a lo largo de estos cinco minutos que estuve masajeando tus pies.

―Fue muy poco tiempo ―Hice un puchero―. Eres malo.

―Es tu castigo por no ponerle mi nombre a ese niño.

―¡Samuel, ya hablamos sobre eso! ―Le grité mientras él salía de la habitación para marcharse.

Con Nela en brazos, me levanté para ir a la habitación de Logan. Al entrar, fruncí el ceño ya que la cuna ni siquiera está montada.

Solo están mi prometido y mi hermano en el suelo intentando ver dónde va cada pieza.

―Llevan una hora aquí y...¿aún no llevan nada?

Ambos giraron para verme.

―Es más complicado de lo que parece ―Mencionó Neal.

―¿No se supone que tú serás arquitecto? ―Señalé a Tom.

Corrompiendo a tus demonios [Destructiva Obsesión #2] ✔✔Where stories live. Discover now