Corrompiendo a tus demonios [Destructiva Obsesión #2] ✔✔

Capítulo 63.

Capítulo 63.- Descanse, soldado.

"Y chico, si confiesas tal vez seas bendecido".

―God is a woman - Ariana Grande.

28 de septiembre, 2022.

Lara Spencer.

Caminé con pasos firmes y seguros por todo el pasillo, con uno de los guardias de Lucille siguiéndome por el lugar, cuidándome a petición de ella. Cuando me detuve frente a la puerta, tomé una respiración profunda.

Alcé la mano y toqué la puerta con delicadeza.

―Puoi entrare.

Dibujé mi mejor sonrisa en mis labios antes de abrir y mostrarme frente a él. Como de costumbre, está concentrado en recibos, en su computadora, en todos los papeles frente a él.

Es que la diversión de este señor son estos papeles.

―Alighieri.

Dejó de escribir, pero se tomó unos segundos antes de levantar la cabeza cuando escuchó mi voz.

Cuando me miró, agrandé mi sonrisa.

―¿Qué favor vas a pedir ahora?

―Ouch ―Me llevé una mano al pecho―. Antes eras más cortés y me saludabas.

―Hola, Lara ―Empezó―. ¿Qué favor me vas a pedir ahora?

Cerré la puerta detrás de mí y me acerqué con paso decidido hasta su escritorio para tomar asiento frente a él sin recibir una invitación. Él solo observó mis movimientos.

―A tu oficina le faltan plantas, ¿lo sabías?

Entornó los ojos.

―¿Vienes a hablarme sobre mi oficina y su carencia de plantas?

Fruncí los labios un poco y negué.

―No.

―Entonces vienes a pedirme un favor ―Afirmó.

―Pero Bruno, no es un favor ―Resoplé, recargándome contra la silla―, se trata sobre nuestro bien común, ¿o no recuerdas que tú y yo tenemos una alianza?

Golpeteó su escritorio con su bolígrafo.

―Solo dime de qué se trata y deja de dar tantas vueltas.

Me incliné un poco.

―Déjame bailar en tu club.

Sus movimientos se detuvieron abruptamente y sus cejas se hundieron por la confusión.

―¿Bailar? ―Repitió, completamente incrédulo―. ¿Qué? ¿Acaso necesitas trabajo ahora que el policía no está? Mejor vete, puedes conseguir algo mejor.

―Creo que no me di a entender ―Negué lentamente con la cabeza―. Solo será una noche, no te preocupes que no tienes que pagarme. Es solo que sé que hay un cliente que viene los sábados y pide un baile privado. Necesito que me lleve a mí.

Ladeó la cabeza.

―¿Qué cliente?

Saqué la fotografía del comandante de mi bolsillo para ponerla sobre su escritorio y empujarla hacia él.

Bruno la tomó y miró con interés al hombre de la foto.

―El militar.

―Lo conoces.