Corrompiendo a tus demonios [Destructiva Obsesión #2] ✔✔

Capítulo 15.

02 de marzo, 2009.

Neal Hardy.

Me senté junto a Savannah, sin hacer ni un solo ruido para no interrumpir su lectura. Estamos en el jardín de nuestra casa, ella lleva rato aquí. Ha estado triste desde que Holden tuvo que regresar a terminar su último semestre en la universidad.

Se fue hace un mes y desde entonces, mi hermana ha estado triste.

―¿Pasa algo? ―Preguntó.

―No te entiendo, ¿sabes? ―Hablé. Estirando las piernas―. La madre de Holden está mejor, podían irse, pero simplemente decidiste quedarte.

Ella dejó el libro de lado.

―Era lo mejor, no quiero distraerlo de sus estudios.

―Eso jamás les importó. ¿Por qué ahora sí?

Se encogió de hombros.

―No tenemos dinero suficiente, todo lo gastamos en el tratamiento de su madre. Él no aceptaba la ayuda, pero no pude dejarlo solo en eso. Tiene mucho que pagar y es difícil, lo sé. Así que gasté todos mis ahorros.

―El dinero tampoco es el problema. Yo puedo prestarte, incluso puedo vender mi auto, mis padres ni siquiera se darán cuenta ―Apunté―. ¿Cuál es la razón real, Sav? ¿Por qué no te fuiste con él?

Bajó la cabeza.

―No pude dejarte solo, no con...ellos ―Susurró―. Y sé que no hice mal, que hice lo correcto al quedarme un poco más.

―No, no hiciste lo correcto. No quiero que detengas tus planes por mí.

Ella volvió a enfocarme.

―Me enteré de que mamá te golpeó.

Mi cuerpo se tensó al instante.

―¿Quién te lo dijo?

―Lo escuché de una de las sirvientas. Y en cuanto me enteré, agradecí no haberme ido, no podría dejarte solo con ellos ―Musitó, negando con la cabeza―. Pero...lo que quiero saber es, ¿por qué no me lo dijiste?

―Porque no es importante, no fue nada.

―No, sí fue algo. Las sirvientas dijeron que no salías de tu habitación porque no querías que nadie viera el hematoma que te dejó en el rostro.

―Solo fue un rasguño ―Mentí―. No pasa nada.

En realidad, no quería que fuera Savannah quien lo viera. No quería preocuparla, mucho menos ahora que está tan mal con esto de no ver a mi cuñado.

Mi hermana suspiró, sin creerse ni una sola de mis palabras.

―¿Por qué lo hizo?

Aplané los labios y me enfoqué en la fuente en medio del jardín lleno de flores y de plantas.

―Perdí un juego de tenis contra el hijo de una de sus amigas ―Reí de manera seca―. Su amiga se lo restregó en la cara y bueno...yo pagué las consecuencias por ser "un mediocre que no puede hacer algo tan simple como ganar en el tenis". O al menos eso fue lo que mamá dijo.

Ella realmente se enojó demasiado ese día.

Odio cuando se enoja por cualquier cosa, porque incluso si no es nuestra culpa, ella se desquita con nosotros.

―Debiste decírmelo, tal vez...podría hablar con ella o algo.

Elevé una ceja.

―¿Hablar? ¿A mamá cuando le ha interesado hablar con nosotros dos?