Corrompiendo a tus demonios [Destructiva Obsesión #2] ✔✔

Capítulo 59.

Capítulo 59.- Cuando los héroes caen.

"Prefiero ser el cazador que la presa".

―Natural - Imagine Dragons.

Fecha: Desconocida.

Neal Hardy.

El chillido de un par de ratas me hizo abrir los ojos de golpe.

Están corriendo por toda la celda para poder salir de ella y escapar a quién sabe dónde. Tal vez a buscar migajas de comida que no conseguirán conmigo.

Al menos ellas pueden salir.

Me intenté acomodar mejor, aún con una mano en mi costado.

Sigue doliendo.

Pero ciertamente ya no me importa. Hice lo que debía hacer, no me importan las consecuencias que tuve.

Pese al encierro, me llena de satisfacción saber que esa perra no volverá a aparecerse por mi celda.

Cerré ligeramente los ojos al escuchar el ruido cuando alguien golpeó las barras de la celda con una vara. Es un hombre alto, regordete y con mucho vello en el rostro.

―Señor inglés, ¿sigue disfrutando de la estadía? ―Inquirió en tono burlón―, porque parece ser que es su último día de hospedaje.

―¿Es por lo de ayer? ―Me burlé―. No tenía idea de que fueras tan resentido. Si te miras bien en un espejo, hasta reconocerás que te ves mejor sin ese pedazo de oreja que te quité.

Lo noté apretar los dientes, brindándome una mirada fría.

―Traigándome al puto pescador ―Les ordenó a los otros hombre―. Este se muere hoy.

No esperaron más, ellos simplemente abrieron mi celda y vinieron por mí. No puse resistencia cuando me encadenaron para sacarme del lugar. Sé que no funcionará.

Ya lo intenté.

Me obligaron a caminar para salir de la celda.

Miré a la que queda junto a la mía, encontrándome a la mujer de cabello corto y negro que negó con la cabeza disimuladamente.

Contrario a ella, yo asentí con el mismo disimulo.

No queda otra opción.

Aparté los ojos y miré al frente cuando pasamos frente a las celdas de los demás prisioneros que golpean los barrotes. Tal vez dando animos o tal vez, suplicando que los dejen ir.

―Íbamos a darte más tiempo, Walker. Ya sabes que vamos por orden de llegada ―Me dijo el tipo sin oreja. No me tomé la molestia de preguntar su nombre―, pero tus actos recientes, hicieron que te ganes esto.

―Ya, que de saber que te molestó decir que prefería divertirme con la puta de tu madre antes que contigo, me habría quedado callado. Pero es que siendo honesto, tú me provocas arcadas.

Me tomó del cabello con fuerza.

―Tu sentido del humor me tiene cansado ―Gruñó, escupiéndome en el rostro―. ¿Tan gracioso te crees? A ver si sigues sonriendo cuando te maten a golpes.

―Oh, créeme que lo seguiré haciendo.

Me soltó de golpe.

―Llevenlo ―Demandó, por lo que de nuevo comenzaron a obligarme a caminar―. Ah, por cierto, pescador.

Giré sobre mi hombro.

Él me dedicó una sonrisa torcida.

―Haré que tus últimos momentos se sientan como el peor de los infiernos ―Me advirtió.