Capítulo 71.

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Capítulo 71.- La manta.




15 de octubre, 2022.



Neal Hardy.



Landon retiró el candado y después, tiró de las cadenas para abrir la puerta de la bodega en donde desde hace unos días, tenemos a Wes. Está sin comer y sin beber agua, así para que sienta siquiera un poco de lo que yo sentí todo ese tiempo en el que apenas si me daban algo de tragar.

Avanzamos por todo un pasillo hasta que llegamos a otra puerta abierta. Las comisuras de mi boca se curvaron ligeramente hacia arriba en cuanto vi al que por tanto tiempo fue la voz en mi cabeza.

―Hola, Wes.

El hombre de inmediato alzó la cabeza al reconocer mi voz. Y su expresión fue exactamente igual a como si hubiera visto un fantasma.

―NAHA ―Susurró.

―Te dejaré a solas con el paciente ―Insinuó Landon―. Estaré afuera.

―De acuerdo.

Él salió del lugar, así que yo terminé de acercarme a Wesley para dejar el maletín y el galón de gasolina encima de la mesa de madera vieja. Él me siguió con la mirada, cada uno de mis movimientos.

―¿Qué? ¿No te crees que estoy vivo? ―Le pregunté, sintiendo mis músculos tensarse al recordar ese día―. Supongo que estabas seguro de que estaba muerto después de que me vendiste.

―Yo no...

―¿Tú no qué, Wesley? ―Lo reté a hablar.

―Si va a matarme, hágalo, capitán ―Suspiró con pesadez, dejando caer la cabeza hacia enfrente―. Solo hágalo y ya.

―La muerte sería muy fácil, sería un regalo para ti después de todo lo que pasé a causa tuya ―Mascullé, tomando su cabello con fuerza para obligarlo a enfocarme―. ¿Tienes idea de lo que pasé estas semanas? Secuestrado en una puta isla, sin agua, sin comida, sin ver a mi familia y contando los días con la esperanza de volver. Asesinaron a mi madre y no estuve aquí para protegerla por tu puta culpa, vendido de mierda.

Su mandíbula tembló.

No emitió ni un solo ruido.

―¿No vas a decir nada?

―Nada de lo que diga cambiará lo que hice, capitán.

No pude contenerme y solo terminé atizándole un golpe en el rostro. Su cabeza quedó inclinada hacia el lado contrario, un siseo escapó de su boca.

Le di otros tres más, consiguiendo que su labio comenzara a sangrar al igual que su pómulo.

Él bajó la cabeza y sus hombros se desplomaron, simplemente como si aceptara su final.

Me acerqué a la mochila para sacar lo que traje para torturarlo, pero al final, cuando estaba a punto de abrirla, simplemente me quedé quieto. Tomé una respiración profunda y me giré hacia él.

―¿Por qué no comienzas a decirme qué te ofreció Erkan a cambio de traicionar a tu capitán?

De nuevo no habló.

Apreté los dientes.

Y esta vez, sí abrí el maletín. De él saqué dos estacas de madera y un martillo. Lo dejé sobre la mesa y después tomé un soplete.

―¿Por qué tiemblas? ―Cuestioné, mirándolo de nuevo―. Seré amable, lo prometo.

Sus ojos viajaron a mis manos cuando tomé el martillo y una de las estacas. No habló, no dijo nada mientras me acercaba y colocaba la punta de la estaca sobre su pierna. Solo lo noté temblar y finalmente, cuando golpeé la cima del objeto con el martillo, un alarido de dolor escapó de su boca.

Corrompiendo a tus demonios [Destructiva Obsesión #2] ✔✔Where stories live. Discover now