Corrompiendo a tus demonios [Destructiva Obsesión #2] ✔✔

Capítulo 54.- Parte I.

Capítulo 54.- Parte I. Colapso.

24 de septiembre, 2011.

Neal Hardy.

Mi tiro fue perfecto y limpio al igual que todas las veces que he disparado.

Nunca he fallado un solo tiro.

―Tienes una puntería excelente ―Escuché que me dijo el general que se encuentra en el campo de tiro custodiándonos―. ¿Habías disparado antes de ingresar a la academia?

Bajé el arma y giré levemente para mirarlo.

―Sí, solía pasarme las tardes en el campo de paintball de uno de mis amigos ―Le respondí―. Sé que no es lo mismo que disparar un arma de verdad, pero...así aprendí.

―Yo lo que creo es que tienes un talento nato. Tus profesores hablan muy bien de ti ―Sus palabras me sorprendieron―. ¿Llegaste con la intención de ser agente especial o quieres quedarte con el rango de cabo o sargento?

―El plan es ser agente especial. No quiero quedarme aquí en Chicago, lo que quiero es ir a misiones especiales.

Lo que escuché es que los agentes especiales son los que más viajan, los que van de un lado a otro todo el tiempo.

El general asintió y me dedicó una pequeña sonrisa orgullosa.

―Pues lo estás haciendo bien, muchacho ―Me felicitó―. Ya se está viendo quién será el mejor de esta generación.

Y después de decirme eso simplemente se retiró para ir a supervisar a los demás. Mis labios se estiraron en una sutil sonrisa mientras de nuevo me enfocaba en lo mío.

Cuando nuestro tiempo en el campo de tiro terminó, entonces fuimos al almuerzo antes de seguir con el día más tranquilo de la semana. Los domingos solo son de combate cuerpo a cuerpo, ir al campo de tiro por las tardes y por las noches, nos dejan en un terreno y nos dividen en dos grupos y así empieza nuestro entrenamiento táctico nocturno. Nos dan armas e indicaciones para saber qué hacer en todo tipo de escenarios.

Aprendí a desactivar bombas.

Sé usar armamento especial.

Soy mucho mejor nadando de lo que era antes.

Soy más ágil.

En el combate cuerpo a cuerpo no me va nada mal.

Si bien aún me quedan un poco más de dos meses para que acabe el entrenamiento físico, aún hay muchas cosas que me faltan.

De lunes a sábado durante las noches, tengo que estudiar: si no son leyes, son idiomas, si no es ninguna, entonces es criminología. No duermo mucho ya que estoy enfocado en eso y en el entrenamiento. Si quiero graduarme como agente especial, entonces debo obtener más del ochenta por ciento en mi examen final. Me tienen que evaluar no solo lo que aprendí, sino también...psicológicamente.

Y de todo, es lo que más me preocupa.

Temo que ellos digan que no soy apto para ser militar debido a mi trastorno.

Aunque estoy mucho mejor, no sé si el hecho de padecerlo, afectará mi evaluación final.

Y si pasa, entonces no importa qué tanto me esté esforzando, al final nada habrá valido la pena.

―¿Ya escuchaste que otros tres más del grupo de abajo desertaron? ―Me preguntó Ren, sentándose frente a mí y colocando su bandeja con comida frente a la mía―. El entrenamiento cada vez es peor.