Corrompiendo a tus demonios [Destructiva Obsesión #2] ✔✔

Capítulo 50.

Capítulo 50. Treguas y traidores.

Maratón 3/4.
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17 de febrero, 2011.

Neal Hardy.

―¡Bienvenido!

Sonreí al ver a todas las personas que me importan, reunidos en el apartamento que Nate rentó hace poco: es una zona más tranquila, es más bonito y espacioso y muy lejos de donde vivíamos antes.

―¡Amorcito!

Reí, extendiendo los brazos cuando Derek hizo lo mismo.

―¡Solecito!

Me rodeó con sus brazos de una y comenzó a palmear mi espalda.

―¡Me volvía loco sin tu presencia, amorcito mío!

―Par de dramáticos ―Bufó Mason―. Me avergüenzan.

Derek se separó para tomar a Mason del brazo y acercarlo a nosotros.

―Para que te avergüences bien ―Le dijo, obligándonos a dar saltitos en círculo como si fueramos unos mocosos de cuatro años―. ¡Neal ya salió!¡Neal está aquí!

―¡Por favor controlen a su hijo, ya no le den chocolates que se pone loco! ―Se quejó Mason aunque esté imitando la acción de Derek de hacerme saltar por toda la sala.

―Voy a...voy a vomitar ―Alcancé a formular.

―Es que tú siempre estás vomitando ―Mencionó Castle una vez que paramos y se separaron―. Que alegría que ya estés fuera y que ya estás mejor. Porque ya estás mejor, ¿cierto?

―Derek ―Lo reprendió el malnacido.

―¿Qué? Pues estoy preocupado.

―Estoy mejor ―Afirmé―. Ya regreso, iré a saludar a tus padres o pensarán que los estoy ignorando.

Me alejé para ir directo a Viviane, Robert y Bella. La niña rubia me extiende una sonrisa gigante que tiene un pequeño hueco producto de un diente que se cayó.

Agitó la mano en mi dirección, por lo que inevitablemente sonreí.

Miré a sus padres antes de ponerme de cuchillas para intentar igualar su altura.

―Pero mírate, ya estás gigante ―Le dije―. ¿Te acuerdas de mí?

―Por Dios, si solo dejó de verte por un año ―Se burló su madre.

―Sí me acuerdo ―Me respondió―. Eres panterita.

Panterita.

Suele decirme de esa manera.

Es un apodo ridículo, pero la dejo llamarme así.

―Exactamente. ¿Cómo estás, Bella? ¿Ya estás en primaria?

Asintió.

―Sí y tengo muchos, muchos amigos ―Me contó―. Papi me regaló un conejito, se llama Bolita, es blanco con manchitas. Le quería poner Manchitas pero mi hermano dijo que le quedaba mejor bolita porque su cola tiene forma de bolita.

―¿Y a ti te gusta más bolita o manchitas?

―Le digo conejo, me gusta más decirle conejo.