Corrompiendo a tus demonios [Destructiva Obsesión #2] ✔✔

Capítulo 47.

Capítulo 47. Alain.

11 de febrero, 2010.

Neal Hardy.

Clavé la mirada en el techo blanco y limpio, ni siquiera la aparté cuando escuché que la persona a mi lado, se levantó de su asiento al notar que estaba despierto.

―¿Cómo te sientes? ¿Cómo estás?

Volví a cerrar los ojos.

―¿Qué...? ¿Qué fue? ―Susurré con dificultad al sentir la boca seca.

―Ahora lo importante es tu recuperación, no pienses en nada más...

―Por favor.

Guardó silencio unos segundos, antes de finalmente suspirar con pesadez.

―Sobredosis ―Respondió bajo―. Has estado inconsciente todo el día. Cuando te encontré...pensé que...

No pudo ni terminar.

―Aún estoy vivo, hermano.

―Puedo verlo.

Suspiré e hice mi mayor esfuerzo para incorporarme sobre la cama. Me siento débil, los ojos me pesan y siento que en cualquier momento volveré a desmayarme.

―¿Tienes sed?

Asentí con lentitud.

Mi hermano tomó la jarra sobre el mueble a un lado de la cama y me sirvió agua en un vaso, después lo acercó a mi boca para ayudarme como si yo no pudiera hacerlo.

Una vez que tomé unos cuantos sorbos, volvió a alejarlo y esta vez, se sentó a la orilla de la cama.

―Lo lamento ―Hablé bajo.

Negó.

―No, el que lo lamenta soy yo. No te cuidé como debía, es mi culpa que todo esto haya pasado y...

―Nada es tu culpa, Nate.

Antes de que pudiera responderme, la puerta de la habitación se abrió. Ambos miramos en esa dirección y...tuve que parpadear varias veces para asegurarme de que no estoy alucinando.

Es mi mamá.

Mi mamá vino a verme.

Está ahí, está en la puerta y me mira.

―Mamá ―La palabra salió de mi boca.

―Alain, Nathan ―Contestó.

―Viniste ―Alcancé a formular, aún sin salir de mi sorpresa.

―¿Cómo te encuentras?

Tragué saliva.

―Bien, estoy bien, mamá.

Ella asintió con lentitud.

―Nathan, por favor dejame hablar a solas con tu hermano ―Se dirigió a él.

Mi hermano negó.

―No.

―Nathan, debo hablar con tu hermano a solas.

―Lo que debas decirle, dilo frente a...

―Nate, por favor ―Le supliqué, por lo que él me miró durante varios segundos antes de finalmente suspirar y levantarse.