Capítulo 42.

35K 2.3K 1.5K
                                    

02 de diciembre, 2009.

Neal Hardy.

Estrés postraumático.

Y trastorno límite de la personalidad.

Ese es mi diagnóstico.

Tengo un puto trastrorno.

Mamá tiene razón, tiene mucha razón. Ahora puedo entender por qué no me quiere, por qué me repele.

Soy un defecto. Estoy defectuoso.

Enfermo.

Nathan abrió la puerta del apartamento, por lo que ambos entramos. Una vez ahí, soltó un suspiro largo.

―Anda, habla conmigo ―Pidió―. No has dicho ni una sola palabra desde que salimos de la consulta, sé que debe ser duro todo lo que suce...

―Quiero ir a mi habitación ―Lo interrumpí―. Por favor, hoy no. Solo necesito...pensar, procesar y estar solo.

Bajó la cabeza, asintiendo con lentitud.

―Está bien ―Susurró―. Cuando quieras hablar, estaré acá afuera, ¿bien?

―Gracias.

Me di media vuelta y fui directo a mi dormitorio. Me quité los zapatos, apagué la luz y me dejé caer sobre la cama.

Estuvimos con mi psiquiatra. Finalmente, después de algún tiempo tratándome, analizándome, acaba de decirme mi diagnóstico. Y joder, fue como una montaña cayendo sobre mí de nuevo.

Es...es demasiado.

Tantas cosas en poco tiempo.

Lo de mi hermana, lo de mis padres, el haber escuchado cómo asesinaban a mi vecina hace unos días y no hacer nada para ayudar.

Y ahora lo de mi diagnóstico.

Tomé respiraciones profundas y por un rato, solo miré el techo. No dormí, no hablé, no hice nada más que mirar hacia arriba, pensar y pensar sobre todo. Y no debería pensar tanto, es lo que me hace daño, lo que me desarma.

Después de un rato más, sentí la garganta seca, por lo que de mala gana, salí de la habitación a hurtadillas, creyendo que mi hermano para entonces estaba dormido. No tenía intenciones de despertarlo, pero para mi buena suerte él aún está en la sala.

Está de espaldas y sostiene el télefono de la casa contra su oreja.

―No, tú no lo entiendes ―Habló bajo, en susurros―. Lo pariste, es tu hijo. ¿Cómo puedes rechazarlo ahora que te necesita más que a nadie? Es su madre, por Dios. ¿Qué clase de madre eres como para expresarte así de tu propio hijo?

Me detuve a la mitad del pasillo, me quedé inmovil.

―No te estoy pidiendo ayuda, no te estoy pidiendo que te hagas cargo de mi hermano ni que pagues su tratamiento, no necesito tu puto dinero porque yo me haré cargo de todo. Solo quería que supieras lo que pasa, quería que supieras que él te necesita a su lado, apoyándolo como la madre que se supone debes ser, pero ya me di cuenta que fue un jodido error llamarte, jamás contaremos contigo para nada ―Gruñó―. Tú y Mikhail jamás van a cambiar. Prefieres rechazar y tachar de loco a Neal en lugar de pensar y entender la situación, lo culpas de su enfermedad, le das la espalda a un pobre chico que necesita a sus padres porque está atravesando un infierno. ¿Por qué nos tuviste si al final jamás nos ibas a querer? ¿No ves el daño que le provocas al dejarlo botado como si no fuera tu hijo? ¿No existe siquiera un gramo de compasión o arrepentimiento...? ¿Julissa? ¿Julissa?

Corrompiendo a tus demonios [Destructiva Obsesión #2] ✔✔Where stories live. Discover now