Capítulo 23.

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15 de abril, 2009.


Neal Hardy.



A veces no soy tan fan del silencio.

Pero sé que hay muchas ocasiones en las que te ayuda mucho, te relaja y te hace sentir bien. Justo como ahora.

El silencio no es incómodo, porque sé que es justamente lo que mi hermana necesita para pensar y aclarar sus pensamientos.

―Perdón por no preguntarlo antes ―Musitó al fin, después de varios minutos―. Pero...¿por qué estás herido? ¿Qué fue lo que te pasó?

Hice una pequeña mueca.

Olvidé que no quería que me viera así.

―No es nada.

―¿No es nada? ―Me enfocó―. Estás...estás muy herido. Esto sí es algo, Neal.

―Estoy bien.

―¿Quién te golpeó?

Negué con la cabeza, enfocando mi atención en las flores.

La convencí de salir al jardín, porque tomar un poco de aire fresco le vendría bien después de pasar días encerrada en su habitación. Ahora estamos sentados en una banca frente a la fuente.

―Tuve problemas con alguien en el club ―Mentí―. Ya lo arreglamos.

―Sé que estás mintiendo, sé que si te hubieras peleado, entonces todos estarían hablando sobre eso. Me habría enterado.

―No te habrías enterado, ni siquiera sales de tu habitación.

Abrió la boca para responder, pero después de varios intentos, simplemente eligió hundirse en su asiento y no decir nada.

Me arrepentí cuando sus ojos volvieron a llenarse de tristeza.

―Yo...no quise que sonara como un reclamo. Lo lamento.

―Lo sé ―Susurró―. Pero dime la verdad, ¿fueron mamá y papá?

Bajé la cabeza.

―No importa ya, ahora quien importa eres tú y tu situación ―Suspiré pesadamente―. ¿Por qué le mentiste a Holden diciéndole que no es suyo? Él te ama, te apoyará en lo que sea que decidas.

Su cuerpo tembló ligeramente.

―Me gustaría que fuera mentira, las cosas...las cosas serían diferentes si él fuera el padre ―Sollozó bajo―. Pero, este bebé no es suyo.

―Pero...pero creí que estabas bien con Hol.

Cerró los ojos con fuerza.

―Quiero ir a mi habitación ―Soltó, levantándose de golpe.

―Sav...

―Hablamos después.

Y salió corriendo para ir al interior de la casa. Iba a detenerla, pero sabía que no serviría de nada que la retenga. Se está encerrando en su propio mundo y...no tengo ni idea de qué debo hacer para que confíe en mí, para que platique conmigo y me cuente todo, no solo por partes.

Volví adentro a buscar un libro y después, regresé al jardín para quedarme las siguientes dos horas leyendo, eso cuando no me enfocaba por momentos en las ardillas que corrían por el jardín para esconderse en los árboles.

Son libres.

Los personajes de mi libro también son libres.

Y felices.

Corrompiendo a tus demonios [Destructiva Obsesión #2] ✔✔Where stories live. Discover now