Corrompiendo a tus demonios [Destructiva Obsesión #2] ✔✔

Capítulo 12.

12 de abril, 2008.

Neal Hardy.

Reprimí una risa cuando James le gruñó a la pantalla del televisor.

Estamos jugando KOF y bueno, la razón de su molestia es porque acabo de vencerlo.

Bajé el control de la consola y lo dejé sobre la mesa.

―¿Qué decías? ―Pregunté―. "Uy, te hago polvo en esto, ni soñando me ganas".

―No es justo, seguro te la pasas pegado todo el día jugando esta mierda.

Fruncí los labios y negué con la cabeza.

―Hmm, la verdad es que es la tercera vez que lo juego. Soy más de Call of duty.

Me miró.

―¿Lo tienes?

―Sí, ¿quieres jugarlo?

―¡Por supuesto que sí! Me encanta.

Sonreí y me levanté para cambiar el videojuego. Busqué entre los discos hasta llegar a él. Mientras lo cambiaba, escuché que golpearon la puerta de mi habitación por fuera.

―Adelante ―Dije.

Al instante se abrió, así que giré para mirar a la persona que entró.

Es Savannah.

―¿Cómo me miro? ―Dio una vuelta en su lugar para modelar el vestido rojo, cuando notó la presencia de mi amigo, se detuvo―. Oh, lo siento. No sabía que tenías visita.

Hizo una mueca.

James la miró con atención, no le quitó la mirada de encima.

―Te miras muy linda. ¿Irás con Holden? ―Pregunté, poniéndome de pie después de cambiar el disco.

Sonrió y saltó en su lugar.

―¡Sí! Le dieron vacaciones en la universidad por una semana, regresó esta mañana y pues bueno, iremos al cine y a comer ―Me contó―. Dios, te juro que lo extrañé tanto.

―Me lo imagino, te escuché llorar varias veces ―Respondí―. Me alegra que haya regresado, si necesitas que te cubra, para eso están los hermanos.

―Eres el mejor, Neal ―Se acercó para darme un beso sonoro en la mejilla―. Muchas gracias.

―No hay de qué.

James carraspeó ligeramente.

―Oh, cierto, lo lamento ―Sacudí la cabeza―. Sav, él es mi amigo James, te platiqué de él, lo conocí en el club. Y James, ella es Savannah, mi hermana mayor.

No se conocían.

James ha venido algunas veces, pero Sav nunca estaba, como ella va a una escuela donde solo asisten mujeres, entonces nuestros horarios son muy diferentes, por eso cuando mi amigo venía, jamás coincidían.

Aparte, la mayor parte del tiempo nos vemos en el club o en reuniones con más personas.

Mi hermana estiró la mano en su dirección y le regaló una sonrisa cordial.

―Mucho gusto, James. Lamento interrumpir su tarde de videojuegos.

―Eh...no pasa nada, no te preocupes ―Le respondió―. Y el gusto es mío, Sav...¿puedo decirte Sav o prefieres que te diga tu nombre completo?