Epílogo.

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Meses después.



Lara Spencer.





Coloqué el plato hondo encima de mi estómago y me burlé de mí cuando no se movió de su lugar.

Mi vientre es una buena mesita.

Solté un pequeño grito cuando alguien sin previo aviso, se paró detrás del sillón, me pasó un brazo por enfrente a modo de abrazo y después, besó mi cabeza.

―¡Neal! ―Chillé cuando se separó―. ¡No puedes asustar a una mujer embarazada de esta manera!

Lo escuché reír bajo.

Volvió a besar mi cabello antes de separarse y rodear el sillón para colocarse frente a mí.

―Lo lamento, a veces olvido lo fácil que es asustarte.

Lo miré mal.

―Cabrón ―Murmuré, consiguiendo que él me sonriera―. ¿Dónde estuviste todo el día?

―Ya te lo mostraré después
―Me contestó, colocándose de rodillas frente a mí para besar mi vientre de esa manera tan linda en la que suele hacerlo siempre―. Hola, amor.

Sonreí, completa y totalmente enamorada de ese hombre.

―¿Entonces será hoy?

Él volvió a incorporarse solo para sentarse a mi lado.

Tomó mi plato de fruta para dejarlo en la mesita de centro. Después me rodeó con sus brazos y me atrajo, pegando su pecho en mi espalda y recargando su barbilla sobre mi cabeza. Yo estiré mis piernas a lo largo del sofá, sintiendo como él colocaba sus manos sobre mi vientre abultado.

Tengo casi ocho meses de embarazo.

―Esperemos que lo sea. La última vez se escondió y no nos dejó ver qué será ―Hice un puchero―. ¿Crees que la Doctora pueda verlo esta vez? Falta poco más de un mes para el parto, pero no puedo esperar tanto para saber su sexo. Además, nuestros amigos no paran de llamar y venir para preguntar.

―Derek ya me llamó cinco veces esta mañana ―Suspiró con pesadez―. No sé cuántas veces le repetí que la cita con el obstetra es por la tarde. Espero que lo sepamos hoy, de lo contrario tendré que arrojar a Derek a un río para que se calle.

―Grosero.

―Lo dices porque no te llamó a ti, si lo hiciera también querrías cerrarle la boca.

―¿No era más fácil bloquearle las llamadas?

―Ah...―Emitió―. No lo había pensado.

Se removió para sacar su teléfono de su bolsillo, después lo sostuvo frente a nosotros y lo encendió. Al instante pude ver una foto mía en el inicio.

Soy yo en la playa, usando un sombrero y un vestido claro. Estoy sonriendo mientras tengo mis manos en mi estómago.

Fue tomada hace un mes.

La fotografía se quitó cuando él se metió a sus últimas llamadas.

Ah, no mintió.

El nombre de Derek aparece cinco veces.

No son ni las doce.

―¡¿Realmente acabas de bloquearlo?! ―Chillé al ver que pulsó el contacto y lo bloqueó.

―Me dijiste que era más fácil así.

―¡Pero no creí que lo harías!

―Calma, lo desbloquearé después de que les digamos el sexo del bebé.

Corrompiendo a tus demonios [Destructiva Obsesión #2] ✔✔Where stories live. Discover now