Capítulo 41.

38.5K 2.2K 1.1K
                                    

30 de noviembre, 2009.


Neal Hardy.

Me aterra abrir puertas cuando alguien toca.

Descubrí que les tengo pánico.

He dejado a más de dos repartidores de pizza afuera por el mero hecho de que no soy capaz de abrir. Nathan lo hace por mí, él se encarga de recibir a las personas.

Yo simplemente huyo, me escondo.

La última vez que le abrí a alguien, fue cuando...

Y en este edificio por supuesto que menos abriré. Este lugar es peligroso, hay personas violentas viviendo en algunos departamentos del edificio al que nos acabamos de mudar.

Edificio que está en Londres.

Nos mudamos hace unos días, cuando después de intentar varias veces, entendí que yo no estaba listo para declarar en contra de James. No pude hacerlo, no fui capaz de ir a ese lugar o hablar más sobre esa noche.

Hablar sería revivir de nuevo cada momento y ya tengo suficiente con las pesadillas de cada noche.

Siempre la misma pesadilla.

Empeoraron.

Me están volviendo loco.

Este lugar me está volviendo loco.

Gritos por todas partes, cosas rompiéndose. Todo esto gracias a mis vecinos.

Dios, siento tanto pánico cuando Nathan tiene que ir a trabajar y yo tengo que quedarme solo.

Me encierro en mi dormitorio, pongo música alta y me pongo a leer para distraerme de todo, para olvidar todo durante algunas horas.

Pero justo en este momento, no estoy haciendo nada de eso.

Estoy frente a la puerta que está siendo tocada con violencia.

Llevo más de dos minutos delante de ella sin moverme mientras una mujer del otro lado toca y grita por ayuda.

Intento...intento hacerlo, intento abrir.

Pero no puedo.

No puedo moverme.

―¡Por favor, por favor alguien! ―Suplicó mientras yo permanecía temblando―. ¡No! ¡No, suéltame!

Apreté los dientes y avancé los últimos dos pasos para llegar a la puerta. Estiré la mano y tomé la chapa para quitar el pestillo y girar. En todo momento, mi cuerpo continuó temblando, mi respiración acelerándose y mis latidos haciéndose más frenéticos.

Hasta que todo quedó en silencio de repente.

Por largos segundos, no se escuchó nada.

El silencio se rompió cuando se escuchó un golpe fuerte.

―¡Por favor, alguien me ayude! ―Sollozó alto―. ¡Por favor!

Puedo escuchar que corren por todo el piso, se escuchan pisadas fuertes, llanto y súplicas.

Mi respiración se agitó más, lo único que fui capaz de hacer, fue alejarme con rapidez y volver a mi habitación. Me senté en una esquina y me cubrí los oídos, intentando no escuchar los golpes afuera, los gritos de la mujer, sus quejidos de dolor y los gruñidos que suelta un hombre.

Cerré los ojos con fuerza y negué varias veces. Muchas veces para ser sincero.

Y cuando todo volvió a quedar en silencio, seguí escuchando su llanto en mi cabeza.

Corrompiendo a tus demonios [Destructiva Obsesión #2] ✔✔Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz