Capítulo 19.

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14 de abril, 2009.

Neal Hardy.

Básicamente me arrastré hasta el sofá de la oficina, dejando un rastro de sangre por todo el camino que seguí. Me sostuve del sofá para intentar incorporarme. Mis movimientos fueron débiles, temblorosos.

Me llevé la mano cerca de las costillas cuando conseguí ponerme de pie. Hice una mueca por el dolor que siento en todo el cuerpo.

Ellos...me han golpeado antes.

Bofetadas, pellizcos, tirones bruscos o la vez que papá me empujó cuando intenté defender a mi hermano mayor.

Pero...jamás fue así. No pasó de esta manera.

Caminé con pasos lentos hacia la puerta, tambaleándome en el proceso e incapaz de permanecer de pie sin nada que me sostenga: la pared me ayuda a estabilizarme. Tengo que apoyarme en ella.

Cada paso se sentía más y más pesado. Sobre todo cuando tuve que subir las escaleras para ir a mi habitación. Tropecé a mitad de los escalones, cayendo bruscamente sobre uno y golpeando nuevamente mis costillas. Duelen tanto, el dolor se hace más intenso cuando respiro.

Y por momentos siento que no puedo ni respirar.

Me sobresalté cuando sentí a alguien tocando mi hombro.

―¿Qué pasó? ―Parpadeé para enfocar a la persona que habló―. Joder, parece que acaban de arrollarte.

―¿James? ―Musité.

―¿Qué clase de bestia salvaje es capaz de hacer esto? ―Cuestionó, sonando un tanto molesto―. ¡Mira lo que te hici...!

Llevé mis dedos a mis labios.

―Shhh...baja la voz ―Apreté los dientes cuando más espasmos producidos por el dolor me llegaron.

―Llamaré a una ambulancia.

―No, no, no. Ambulancia no ―Negué―. Alertará a los vecinos y mis padres...ellos no quieren que...

Ellos no quieren que nadie se de cuenta de esto.

»Solo necesito...llegar a mi habitación ―Hablé bajo―. No...no me siento bien, quiero dormir...

―Ven, te llevaré a un hospital. Estás hecho mierda.

Me pasó el brazo por encima de su hombro y me alzó. En el proceso hice otra mueca de dolor y negué con la cabeza.

―No puedo dejar la casa ―Susurré―. Se darán cuenta...

―Si nadie me notó entrar, nadie nos notará salir. No puedo dejarte así.

Estoy lo suficientemente débil como para no obtener una respuesta a eso, así que simplemente cerré los ojos y dejé que me guiara a quién sabe dónde. En todo momento me pedía que solo caminara, que intentara ayudarle a avanzar para poder ir a su auto.

Salimos por la puerta trasera y después fuimos por el laberinto de arbustos y rosas que mamá mandó a diseñar en el jardín. Creo que nos escabullimos por ellos para que los guardias no nos notaran.

Abrí ligeramente los ojos cuando el me hizo apoyarme contra algo. Ahora puedo ver que es su auto.

Abrió la puerta trasera y me hizo subir a esos asientos. Inmediatamente me recosté, tomando una posición fetal y de nuevo cerrado los ojos con fuerza.

El dolor no se va.

Cada minuto que pasa se hace más intenso.

Sobre todo en mi abdomen, mis costillas.

Corrompiendo a tus demonios [Destructiva Obsesión #2] ✔✔Where stories live. Discover now