23. Corta llamada

15 4 0
                                    

Capítulo 23
Corta llamada.

—Jerome... —dice con un hilo de voz—. No puedo creer que esté escuchándote, suenas tan distinto a como te recordaba, ya eres todo un hombre —toma aire—. ¿Me recuerdas?

Es...

—Soy Gwen.

Sí, es Gwen.

Ella suena tan emocionada y yo hasta me siento mal porque ni siquiera recordaba su existencia.

Gwen es la hermana menor de Régine, es menor que yo por dos años, y si no la recordaba es porque la última vez que la vi fue durante nuestra triste boda. Lo último que supe fue que estaba muy deprimida y no dejaba de llorar, después sus padres la enviaron lejos a estudiar. Tiempo después me dijeron que había comenzado una carrera como modelo también.

—Claro que te recuerdo —peino mi cabello—. Hace cuánto... ¿Cómo te encuentras?

—Deprimida. Sigo muy deprimida aún.

—Yo igual... —rasco mi cabeza, siento que esto se torna incómodo. Hace años que no hablamos y antes tampoco fuimos cercanos.

—Te extraño tanto.

Suelta así, sin más.

—¿Q-qué? —casi me atraganto.

—A ti y a mis sobrinos, hace veinte años que te vi por última vez, y a ellos ni siquiera los conozco, me fui antes de que nacieran.

—Te fuiste para hacer tu carrera.

—Lo sé, y me arrepiento mucho. Aunque me va bien, detrás de una modelo como yo hay una mujer solitaria...

—¿No te has casado?

—No, pero estuve a punto.

—Qué mala suerte, supongo.

—Supe que tú no te has vuelto a casar.

—No, no lo he hecho.

Contiene un suspiro.

—¿Te dejó destrozado la muerte de mi hermana? —suena con desaliento.

—Sí, a todos. Fue tan repentino.

—Yo quise ir a su funeral, pero estaba tan ocupada en ese entonces.

Yo tampoco asistí al funeral de Régine. Es difícil de explicar el por qué, será en otra ocasión.

—Y ¿cuándo te... bueno, los veré por aquí? Supe que ya no viven en Francia.

—¿Estás en París?

—Desde hace cinco meses, mismos en los que he intentado comunicarme contigo —ríe—. ¿Entonces?

—Bueno, este verano iré con...

—¿De verdad? ¡No puedo esperar para verlos! —de nuevo ríe—. Llámame cuando lleguen, por favor.

—De acuerdo.

Si puedo ser sincero, Gwen siempre me pareció algo extraña, a veces sentía que veía a Régine con envidia. Tal vez era esa envidia de hermanos, una simple etapa de la adolescencia.

*****

Ya han pasado algunos días desde que fuimos a la feria. Semana y media, para ser exactos. Y sigue fuerte en mi cabeza el recuerdo de Santiago y Reyna yendo atrás de esos puestos. Quisiera creer que la limonada que tomé esa noche tenía algo, pero no, esa limonada estaba perfectamente. Y estaba deliciosa, recién hecha y muy fresca...

Katalina I y IIWhere stories live. Discover now