2. ¿Las nuevas reglas?

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Capítulo 2
¿Las nuevas reglas?


Katalina

Ayer, cuando mi papá se fue a buscarlo, mi mamá subió de inmediato para abrirme la puerta. Me encontraba tan angustiada, preguntándome e imaginándome qué pasaría y por qué no llegaba. Pensaba en mi papá volviéndose loco y a Mateo haciendo inútiles intentos por detenerlo. Afortunadamente todo se tranquilizó para mí cuando Mateo llegó a la casa, solo, dijo que mi papá se había ido a quién sabe dónde y a él lo había abandonado con Jerome.

Minutos después mi mamá lo llamó y este le dijo que se encontraba en el hospital por su mano. Más tarde llegó con otro yeso puesto y una cara de pocos amigos que espantaba a cualquiera, la cual se debía a que el doctor que lo atendió le dio la regañada del año por no cuidarse.

No dijo mucho, en la cena ni siquiera habló, y yo menos quise instarle a que me diera un castigo peor. Decidí esperar.

Hoy durante el desayuno y la comida no me permitió hablar. Básicamente me lo prohibió. Y yo sinceramente no sé si protestar ante eso.

¡Pero sostengo que no está tan mal! Es que, por Dios, yo quiero decidir por mí misma, quiero decidir estar con Jerome.

—Considero que debiste ponerte estricto con Katy cuando te lo dije y no ahora que ya es tarde —comenta lógicamente mi mamá en la mesa.

—A ver, no me molestaría si su novio fuera alguien más adecuado, ¿¡pero ese!? —señala con la cuchara a la nada—. No. Está loca.

—¿Y a Jerome sí lo amenazas con una orden de alejamiento?

—¿Cuándo te di permiso para que hablaras, eh? —reclama—. Yo no quiero que pases nada malo de nuevo.

—Pero Jerome no es malo.

—Guarda silencio, Katy.

—¡Él ni siquiera me obligaría a darle un beso!

—Dije que te calles. —azota la mesa y yo quedo muda—. Cállate y punto. Ya. No me tienes nada contento ni a mí ni a tu mamá.

Nos quedamos en ese envolvente silencio por pocos segundos.

—¡Él sí me respeta! —decido continuar.

—No hables de respeto cuando tú nos acabas de deshonrar.

—Ah... —escucho suspirar a mi mamá.

—¿Por qué con Jerome sí quieres meter a la policía?

—Porque con aquel loco no quisiste.

—¿Y solo por eso?

—Si quieres que agarren al otro, entonces mañana mismo vamos con la policía. A mí no me molesta.

—Pero esto ya no se trata de él...

Ese tipo... Ya no quiero pensar en ese. Mucho menos después de lo que miré aquel día que atraparon a Marina.

—Yo quiero a Jerome.

—No, tú lo que quieres es hacernos la vida imposible metiéndote con hombres que no te corresponden. Eso es lo que quieres.

—Álvaro, tú no la dejabas tener novio, por eso ellos decidieron estar a escondidas de nosotros.

—¿Y Rodrigo? ¡Yo lo acepté como a un hijo!

—Lo aceptaste como a un hijo del diablo. ¿Ya no recuerdas lo que hacías?

—A ver, y a todo esto, ¿cómo acabaron juntos tú y él? —me señala a mí, ignorando por completo lo que decía mi mamá.

Solo me quedo mirándolo de brazos cruzados.

Katalina I y IIWhere stories live. Discover now