Te Extraño

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Espero que les guste~

Nota: No puedo actualizar muy seguido por el momento, así que ténganme paciencia ^_^

Nota-2: Me base en un video que encontré en Tumblr

Hay un extraño silencio reinando a su alrededor, no tenso pero tampoco cómodo. La montaña brillante y hermosa, llena de vida y con apariencia de paraíso, ahora luciendo lúgubre y triste, oscuro ante la falta de su rey y de sus pequeños.

Todos están agotados, lastimados y asustados por todo lo que había sucedido pero están dispuesto a aprovechar el momento de paz para descansar y recuperarse, especialmente para tener la mente clara y despejada para poder pensar en un plan.

Y aunque la mayoría esta dentro de la casa de Monkey King, algunos dormidos y otros apenas despiertos pero demasiado agotados como para siquiera intentar moverse, el sucesor esta ansioso y no puede quedarse quieto.

Así que MK se aleja de sus amigos, saliendo de la pequeña casa solo para sentarse donde antes había estado durante horas, permitiendo sus piernas colgar, haciendo amague de meter las manos en sus bolsillos solo para recordar con un bufido y un ligero puchero que nunca se cambio luego de hablar con el maestro de Wukong, así que ya no tiene su ropa usual.

-Rayos...- suspiro, largo y lento, obligándose a aflojar la tensión en su cuerpo. Mantiene su vista hacia el frente, sin mirar nada en particular, jugando con sus dedos.

No puede negar que esta cansado, muy cansado. Se suponía que solo era MK, un simple repartidor cualquiera, con un pasado borroso que nunca se molesto en indagar, con una familia genial y que por alguna cosa del destino, ahora es el sucesor de aquel que se hizo su ídolo desde el momento en el que escucho sus primeras historias.

Pero ahora...todo es diferente. No es humano, tampoco cree que sea un demonio por completo y duele, porque no tiene idea de lo que se supone que es o cual es su destino, dos grandes dudas que había estado ignorando por mucho tiempo y ahora vuelven para golpearlo de lleno en el rostro.

-¿Eh?- un tentativo tirón en su ropa lo devuelve a la realidad, bajando automáticamente la vista y encontrándose con el único mono de pelaje blanco que sobrevivió al ataque de tinta. -Hey, pequeño- sonrío, suave y sin la energía de siempre porque se siente triste al recordar que ese mono va a estar solo hasta que pueda encontrar la manera de traer al resto de regreso. También esta un poco confundido ante su presencia si debe ser sincero, ese pequeño se había mantenido cerca de Macaque desde que este apareció. -¿Qué tienes ahí?- extiende lentamente su mano, recibiendo suaves chillidos mientras algo es depositado en su palma y su expresión cae por completo cuando lo ve, sus dedos rozando el grabado de la madera, sintiendo los surcos de manera distraída.

Son los trozos de ese tonto pergamino que lo arruino todo al abrirse, los mismos trozos que mantienen a Monkey King encerrado en algún lado donde no puede alcanzarlo por el momento, los trozos que sabe que debe volver a unir para que sea solo un tablón entero pero que no tiene idea de como lo va a hacer.

-...lo siento...- la culpa crece. Fue él quien tomo el pergamino y lo abrió, es su culpa que todo a su alrededor se estuviera desmoronando, es su culpa que toda la paz que tanto le había costado obtener se hubiera desvanecido, es su culpa por confiar tan fácilmente y dejar que alguien lastimara a su familia, todo lo que sucedió hasta el momento fue su total y completa culpa. Teme por sus amigos pero a parte de eso, extraña al mono. Incluso si tiene la sensación de que Monkey King no le dijo toda la verdad, a pesar de sentir que este le mintió o le oculto algo que debería saber, lo extraña.

-Hey, Buddy- apenas se sobresalta ante la mano en su hombro, levantando la vista para encontrarse con el rostro de su maestro, luciendo esa sonrisa que ha llegado a ser reconfortante. -¿Me extrañaste?- es raro verlo tan repentinamente, especialmente cuando tiene el trozo de madera que encierra al rey entre sus manos, pero de igual manera, no puede evitar emocionarse, el ritmo de sus lagrimas solo aumentando, un ligero jadeo mezclado con un sollozo saliendo de su boca mientras se mueve lentamente, los trozos cayendo al suelo con un sonido ligero pero lo ignora a favor de lanzarse para abrazar al mono, un aroma frutal mezclado con algo que no puede identificar inundando su nariz.

-Si, yo...te extraño- sollozo, húmedo y desordenado, sus manos aferrándose a la suave tela que puede sentir. Teme romper la tela pero no recibe una queja, solo brazos que lo rodean y lo alzan ligeramente para acomodarlo, agradecido por poder abrazarlo más cómodamente. -...te extraño...tanto...- no es real, lo sabe, pero no le importa. Se siente emocional, la tristeza y desesperación luchando en su interior, pero por sobre todo aquello, esta conmovido. Sabe quien es, solo hay un ser libre ahora que puede disfrazarse así. -Gracias Macaque- no le sorprende cuando puede ver, de reojo por el abrazo que se niega a soltar, como el pelaje ajeno empieza a oscurecerse rápidamente. -...muchas gracias...- se aferra, negándose a soltarlo por le momento, nervioso ante la tensión que puede sentir en el cuerpo del mayor pero agradecido al sentirlo relajarse lentamente, las manos tentativas apoyadas en su espalda volviéndose más firme hasta que ambos se están aferrando el uno al otro. MK quiere creer que el gesto le da algo de confort y consuelo al domador de sombras, la misma sensación que lo invade.

Él va a solucionar todo, se esforzara y dará todo de si para poder arreglar lo que hizo.

Es una promesa.

~Monkie Kid~ 4️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora