The Owl House #2

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Espero que les guste~

Llegan a una casa de apariencia relativamente normal, con un vidrio muy colorido en la parte de arriba y lo que parece ser una torre de castillo atrás, aunque toda su atención se centra más en el extraño ser que les grita que no deberían estar allí y que le deben dar la contraseña, su voz chillona, su figura larga saliendo desde la misma puerta y su rostro de búho. Sus gritos cesar cuando Luz le grita que los dejen entrar y solo entonces, el extraño rueda los ojos, abriendo su boca más allá de lo esperado y mostrando el interior de la casa. No quiere entrar, mucho menos cuando se siente como si estuviera entrando por voluntad propia a la boca de alguna clase de criatura, pero ella lo agarra de la muñeca y lo arrastra hacia dentro.

-¿Qué era eso?- MK no tenía idea de cómo sentirse al respecto

-Es Hooty- Luz hizo una ligera mueca que reemplazo rápidamente con una sonrisa algo incomoda. -Es...parte de la casa- hizo un gesto en general.

-No quiero saber- negó rápidamente, sin querer agregar más traumas a su lista.

-¡Luz, al fin volviste!- un pequeño ser apareció por el pasillo, su cabeza con un cráneo y uno de sus cuernos roto, su cola esponja da moviéndose con ánimo. -¡Es hora de hacerme bocadillos, tu rey te lo ordena!- soltó una pequeña risa, luciendo emocionado antes de detenerse en seco al ver a MK, quien no pudo evitar sonreír con nerviosismo.

-Es...lindo- comentó sin poder evitarlo, su sonrisa en aumento.

-¿Verdad que si?- la chica soltó una pequeña risa, encantada, mientras el pequeño ser retrocedía un par de pasos.

-¡No me atraparan con vida!- y pareció decidir que correr era la mejor opción, soltando un extraño chillido mientras desaparecía de sus vista.

-Ese es King, es un poco gruñón pero es super dulce cuando lo conoces- ella agitó la mano, no sorprendida al parecer por la huida.

-Me suena a alguien- sonrió con diversión, siguiéndole a paso lento, mirando de reojo a su alrededor. -Entonces...- no quería sonar malo pero estaba un poco impaciente. Claro, estaba en un mundo nuevo y tenía tantas ganas de explorar pero conociendo a sus amigos, debían estas haciendo desastres mientras lo buscaban, eso era lo que más lo preocupaba. -...¿La dama búho?- recuerda el extraño titulo que la chica había utilizado para contar sobre su maestra.

-Oh ella debe estar aquí, no le gusta salir a menos que sea para estafar a alguien- Luz apuro su paso hacia lo que supuso era la cocina, donde podía escuchar una voz murmurar y algunos sonidos de botella. MK parpadeo, sin poder evitar reírse ante la expresión, siguiéndole y entonces pudo ver a quien supuso era la dueña de la casa. Era una mujer pálida y de orejas en punta, su cabello largo y esponjado de color gris, sus ojos amarillos mirándolos con algo de cansancio. -Ella es Eda, la dama búho- la presentó con orgullo y una gran sonrisa, su voz exagerada mientras hacía manos de yaz. -¡La bruja más poderosa de las Islas Hirvientes!-

-Oh no, eso sí que no- Eda negó, señalándolos. -Acepte a una niña humana pero ese es mi límite- él no tenía idea si debía sentirse ofendido ante eso o no.

-¡Espera Eda, escucha!- Luz se apresuró inclinándose apenas para rodearlo con sus brazos y alzándolo con mucha facilidad, MK sintiéndose como una especie de perro ahora, balanceando apenas sus pies y parpadeando con sorpresa. -MK llegó aquí por accidente y lo traje para que lo ayudaras a volver a su hogar- sonrió hacia su maestra, esperanzada y suplicante. -¿Puedes ayudarlo? Solo tienes que abrir la puerta y...-

-Eso no funcionará- negó la mujer, mirando al chico con ojos atentos, analizándolo.

-¿Por qué no?- la chica frunció el ceño. Eso no sonaba como una negativa a ayudar, así que iba a tomar eso como una victoria.

-Quizás porque...- hablo, llamando la atención, mostrando una ligera sonrisa mientras era acomodado por la chica que aún lo sostenía. -...no creo ser de tu mismo mundo...- señaló a Luz, quien parpadeo con confusión. -...así que no sé si esa "puerta" me ayude- no tiene idea a que "puerta" se refieren.

-Él tiene razón- asintió Eda, acercándose, sus tacones haciendo un ligero sonido que resonó un poco por la habitación. -Es demasiado enano para ser de tu mundo...- MK hizo un puchero, no era su culpa que otros mundos tuviera seres tan altos, en su mundo tenía una buena estatura. -...y tiene algo en su interior, algo diferente a cualquier ser que haya visto, se parece un poco a...- se tapó la boca, pensativa. -Veamos que tenemos aquí- él se sorprendió cuando la mujer se inclino, quedando quieto mientras sentí un par de dedos en su frente. Se estremeció apenas cuando su poder interno se removió, sin saber que sus ojos brillaron momentáneamente, todo cesando una vez que ella se aparata, luciendo un ceño fruncido. -Rayos, ya sé de dónde eres- parecía tan cansada de repente.

-¿Puedes ayudarme?- la miro con esperanza, usando los ojos suplicante que siempre lograba derribar los muros de todos sus amigos. Pareció funcionar por la manera en la que ella se desinflo, resignada.

-Si, si, voy a hacerlo...- bufo caminando hacia la sala, él sin quejarse cuando la china que no lo bajó y siguió a la mujer a paso rápido, sentándose en el sillón con él en su regazo. -...pero ese maldito me va a deber una...una muy grande- gruñó y antes de que alguno pudiera preguntar, ambos igual de confundidos, Eda se movió. La punta de sus dedos brillo intensamente, moviéndolos con elegancia y luciendo concentrada, para luego dibujar un gran círculo en el aire, uno que brillaba como un portal de una película. Se quedan quietos por un segundo, esperando que algo sucediera, cuando alguien cruza.

-Hola~- Monkey King se para, luciendo divertido mientras la mira, disfrutando de su ceño fruncido y cara de pocos amigos. -Vieja bruja, que sorpresa que estés viva aun- enarco una ceja hacia la mujer de cabello gris, sonriendo de manera burlona. -¿Cómo van las cosas? ¿Aun disfrutando de tu maldición?-

-Vete al diablo- gruño ella, cruzándose de brazos mientras el portal se cierra por el momento. -La única razón por la que estas aquí es para que te lleves lo que es tuyo- señalo y es entonces que el mono mira para el frente, encontrando a quien estuvo buscando.

-¡MK!- su sonrisa se vuelve verdadera al ver a su alumno, aliviado de que estuviera bien.

-¡M-Monkey King!- sonrío, enorme y brillante, saltando de los brazos de la chica para poder correr hacia su maestro, quien lo recibe con entusiasmo y lo alza en un fuerte abrazo.

-¿Se conocen?- Luz no puede evitar preguntar, señalando entre el mono y su maestra.

-Para mi desgracia, si- Eda se cruzo de brazos, aunque hay una ligera sonrisa en su rostro. -¿Desde cuando tienes un niño, malandrín?- señalo al chico, quien decide hacerse a un lado para no estorbar entre ambos.

-¿Y tu desde cuando tienes una niña, loca?- señalo a la chica, quien sonríe con nerviosismo, sin saber si esos dos son amigos o no.

~Monkie Kid~ 4️⃣Où les histoires vivent. Découvrez maintenant