Mamá

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Espero que les guste~

Nota: Elizabeth es un mujer de estatura mediana, de cabello lacio y castaño oscuro lo suficiente largo para que roce sus hombros, de ojos oscuros y la piel ligeramente bronceada.

Elizabeth tenía un tono especial para su hijo, de esa serie del dios mono que tanto amo desde que era un niño pequeño, uno que siempre la hacía sonreír cuando lo escuchaba. Así que no se sorprendió mucho cuando su teléfono empezó a sonar, tomándolo para atender, su alegría en aumento al ver que era una video llamada.

-Hola, mi amor- saludo con todo el cariño que tenia, viendo la gran sonrisa dibujada en el rostro de su pequeño. No importaba que edad tuviera, él siempre sería su pequeño y dulce bebé.

-¡Mamá!- chillo lleno de energía nerviosa y entusiasmo puro, como cuando le mostraba los dibujos a los que le dedicaba tanta dedicación. -¡Mamá, mamá! ¡Nunca adivinaras lo que me sucedió el otro día!-

-Déjame adivinar...- se sentó, colocando el teléfono de tal manera sobre la mesa y apoyado en algo para que no tuviera que sujetarlo. -...¿Tiene algo que ver con el ataque a la ciudad y ese chico envuelto en poder que, por casualidad, se parecía sospechosamente a ti que aparecieron en el noticiero?- enarco una ceja, recordando lo que había visto en la tele. Había tenido un infarto, aunque mucha de su preocupación fue aplacado luego de hablar con Pigsy. Aún estaba algo enojada pero viendo a su hijo ahora, estaba mucho más tranquila.

-Si...sobre eso- al menos, se veía avergonzado, eso era algo. - Lamento no haberte llamado, mi teléfono se rompió y luego estaba la emoción de todo...- rio ligeramente, nervioso. -...pero pude hacer arreglar mi teléfono y decidí llamarte- la miro con una sonrisa y ella no pudo evitar reír ligeramente. Su hijo era distraído, era de familia.

-Entonces, ¿Qué fue lo que sucedió?- porqué, siendo sincera, no había entendido del todo la explicación de su amigo.

-Pues...primero que nada, ¡mira esto!- se alejo un poco y, con un movimiento entusiasta y exagerado, hizo aparecer un bastón que ella solo había visto en ilustraciones y lo hizo girar con agilidad, deteniéndose en una pose de pele digna de una serie. Elizabeth parpadeo, sorprendida por la agilidad de su hijo, recordando lo torpe que podía llegar a ser a veces. -¡Tengo el bastón de Monkey King!- anunció con toda la felicidad del mundo, acercándose nuevamente, con una sonrisa de oreja a oreja. -¡Y la cosa mejora!- dio pequeños saltos. -¡Soy su sucesor!-

-Cuéntamelo todo- no tenía a dónde ir y si lo tuviera, cancelaría, hablar con su hijo era mucho más importante. Así que se quedó allí, sentada, escuchando con atención e interés la loca e increíble historia que el menor le estaba contando. El estaba tan feliz de haber conocido a su ídolo de la infancia, algo que sólo iba en aumento con cada vez que decía que era su sucesor. Ella sólo lo escucho con cariño y una sonrisa, no podía estar más orgullosa y feliz en esos momentos.

... ... ... ...

Elizabeth estaba lavando los platos, tarareando una suave tonada, cuando su teléfono empezó a vibrar en la mesa. Por el sonido de aquel programa, supo al instante quién era, algo que la impuso a dejar lo que estaba haciendo y secarse rápidamente las manos para atender.

-Hola cariño- saludo apenas el rostro de él apareció en su pantalla, aunque no pudo evitar preocuparse al notar un detalle. -¿Estás bien?- suavizó su tono.

-Estoy...bien- MK tarareo y ella estaba segura que, por el suave golpeteo, de que estaba golpeando la mesa en la que estaba con uno de sus dedos. Un hábito nervioso. -Es solo que...Monkey King se fue, dijo que se iba a tomar unas vacaciones...- hizo una mueca y ella no pudo evitar enarcar una ceja ¿Vacaciones después de estar tanto tiempo jubilado? Eso sonaba sospechoso. -...pero...creo que me mintió- abrió los ojos con un sobresalto. -¡No digo que es un mentiroso o algo así! Es solo que...no sé, algo me suena mal en todo esto- agregó en un murmullo, pensativo y algo molesto.

-Tu instinto nunca te falla, MK- hablo, sería, llamando su atención. -Si sientes que algo está mal, si realmente crees que hay algo sospechoso y que él te está mintiendo, puede ser verdad o puede que no pero sea cual sea la situación, no dudes de ti-

-Tienes razón- sonrió, luciendo un poco más calmado. -Entonces, cuéntame que has estado haciendo- y ella habló sin preguntar más nada, decidida a darle una distracción a su hijo por todo el tiempo que pudiera.

... ... ... ...

Elizabeth se despertó con con un sobresalto, asustada. El sonido familiar que empezó a resonar por su departamento mucho más allá de la media noche, reconocible y eso fue lo que la preocupo.

-¡¿MK?!- atendió sin importarle la hora o si apariencia, prendiendo el velador para mejor iluminación. -Mi amor, ¿qué...?- su corazón se estrujo al verlo.

-Lo siento, lo siento- estaba llorando y por lo irritado que estaban sus ojos, lo había estado haciendo durante un rato. -Pensé...Pensé que era solo una niña, se veía como una niña pero...- sollozo, sonando tan roto que era doloroso. Oh, como quería poder estar a su lado para abrazarlo y consolarlo. -...pero no lo era, mamá. No era un niña, no lo era- jadeo, sonando tan angustiado y horrorizado, como si se hubiera encontrado con uno de los monstruos más grandes y aterradora del mundo.

-Respira profundo e intenta tranquilizarte, mi amor- quería llorar por la angustia ajena pero se contuvo, su bebé lo necesitaba en esos momentos. Luego podría preguntar, luego escucharía la loca historia de lo que había sucedido, pero por el momento, se decidió a consolarlo lo mejor posible. Tuvo que cantar la canción de cuna que usaba para que su bebé se durmiera para ayudarlo y tardó horas, con él susurrando algo sobre una niña y un espíritu frío como el hielo, pero al final, logró tranquilizarlo lentamente.

... ... ... ...

Elizabeth atendió sin pensar cuando su teléfono empezó a sonar, preocupada ante el aspecto de su hijo. Había estado tan preocupada luego de ver el ataque a la ciudad, de ver un acercamiento de toda su gente congelada y de aquella extraña armadura que rondaba por allí. Llamó todas las veces que pudo, su preocupación en aumento en aumento con cada mensaje de llamada perdida que escuchaba del otro lado. Era la primera vez en casi una semana que su teléfono sonaba.

-¡MK!- había una mezcla de enojo y alivio en su interior. -¡Estaba tan preocupada! Vi lo que sucedió en la ciudad y ninguno de ustedes atendía mis llamas- lo reviso lo mejor que pudo a través de la pantalla. -¿Están todos bien?- esa fue su principal preocupación. -¿Fue esa niña de la que me hablaste? ¿Lady Bone Demon?- se arrepintió de decir ese nombre al verlo estremecerse con fuerza.

-Si, fue ella- él se mordió el labio. Se veía cansado, con ligeras ojeras y una expresión de angustia. -Fue...una muy mala situación. Se llevó el bastón, le ganó a Monkey King, terminó de armar su armadura y se apoderó de la ciudad, yo...- parecía al borde de querer llorar. -...no pude hacer nada contra ella y ahora...ya no tengo poderes- parecía tan dolido al admitir eso.

-¿Quieres hablar de lo que sucedió?- preguntó con tono suave y tentativo, dándole la opción de negarse. MK dudo un poco pero al final, habló, soltando todo lo que había sucedido. La mujer tenía tantas ganas de golpear al estúpido dios que dejado a su pequeño y odiaba al espíritu que había osado hacerle daño a su hijo pero no podía, no estando tan lejos, así que simplemente se limitó a escuchar por el momento.

... ... ... ...

Elizabeth lucho para dejar todo lo que tenía entre sus manos sobre la mesa, apresurándose a atender su teléfono, su voz muriendo al ver el rostro de su hijo.

-¡Me dejó otra vez!- MK se veía tan angustiado y destrozado, con el río de lágrimas corriendo por sus mejillas. Se veía golpeado, con algunas quemaduras visibles. -¡Nos mintió! ¡Me mintió! Él sabía que Mei-Mei estaba en peligro y no nos lo dijo- apretó los distes y ella solo podía imaginar el nivel de enojo que estaba escondiendo. Meterse con Mei era un límite que nadie debía cruzar. -Y ahora...Mei también se fue...y ya no sé que hacer, mamá. No se que hacer- sollozo y fue en ese momento en el que ella decidió que patearía el trasero de Sun Wukong, sin importarle cuando antiguo y poderoso fuera.

~Monkie Kid~ 4️⃣Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα