Borracho

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Espero que les guste~

El clima de la montaña era mayormente bueno, soleado y con una ligera brisa fresca que soplaba, el sonido de los alegres bonos rompiendo por momentos el silencio. Los monitora estaban felizmente sentados en las ramas altas de los árboles, comiendo mientras miraban la repentina persecución que allí había.

-¡Vuelve aquí, Kid!- Wukong corrió, sorprendido ante la habilidad ajena para esquivar cada intento de agarrarlo. -¡Niño!- frunció el ceño, preocupado al verlo parado demasiado cerca del borde para su gusto.

-¡Jamás!- MK rio alegremente. Se estaba tambaleando, aunque aún así se mantenía de pie sin mucho problema, su sonrisa más amplia de lo usual y los ojos brillantes con algo más que sólo felicidad sincera.

-Rayos...- hizo una ligera mueca, escuchando la carcajada ajena que resonaba, lleno de diversión y algo se burla. Era su culpa no había forma de negarlo, porque había decidido dejar que su alumno mirara entre todas las cosas que había guardado durante décadas sin siquiera recordar lo que tenía allí. Fue una poción, una que había guardado para ocasiones especiales, y que para su mala fortuna, se había caído sobre el menor, mucho de eso entrando en su boca, causando un efecto borracho instantáneo. Cielos, estaba seguro que la resaca iba a ser infernal.

-¡Sé que puedo volar!- abrió los brazos y se hecho hacia atrás, directamente al vacío.

-¡MK!- se lanzó, asomándose, suspirando de alivio al ver a su sucesor recostado sobre su nube. La había puesto allí por preocupación.

-Nube mágica...- el menor estaba totalmente inconsciente del casi paro cardíaco que le había dado a su maestro, más ocupado en abrazar lo mejor posible la nube en la que estaba acostado. -...nube, nube...- canturreo, el mayor dejando escapar un largo y pesado suspiro, aliviado y cansado al mismo tiempo.

-Me vas a matar a este paso...- se levantó, haciendo un gesto con la mano para que su nube lo siguiera.

-No, eso no es posible- rio, estirando su mano cuando el rostro ajeno entró a su campo visión algo nublado, aún así logrando empujar con su dedo índice la nariz del mono. -Eres inmortal- susurro, como si fuera una especie de secreto.

-Creo que perdí una capa de inmortalidad después de eso- murmuró con una mueca, solo logrando ganar una risa ante su comentario. -Vamos adentro, ¿si?- dónde había menos peligro de caer por un precipicio. -Te daré algo de comer si te quedas quieto en el sillón- extendió los brazos.

-¡Durazno!- soltó la nube y rodó, riendo al caer en los brazos ajenos. -¡Monkey King!- jadeo cuando lo miro, logrando alzar las manos para agarrar el rostro ajeno. Fue un poco brusco pero aún así, el dios se quedó quieto. -¡Eres un mono!- lo dijo como si fuera un hecho nuevo y sorprendente.

-Viene con el título, Kid- rio, divertido, caminando para entrar a su casa y cerrando la puerta con la cola, temiendo por el momento por la seguridad de su emborrachado alumno y de sus inocentes monos. -Aquí, quédate quieto- lo dejó en el sillón, prendiendo la tele, agradecido de ver como los colores brillantes entretenía al menor. Lo miro por unos segundos antes de decidir darle la espalda por un rato e ir a la cocina, rebuscando por allí. Tomó un durazno, uno común de los tantos que su alumno le había traído hace poco, y se dispuso a sacarle la cáscara antes de cortarlo en trozos para ponerlos en un pote, sin querer arriesgar su suerte al tener un cuchillo cerca de su loco y poco consiente alumno. Volvió al terminar, solo para encontrarse con una escena que le rompió el corazón. -¡¿MK?!- llamó con pánico, sentándose de manera apresurada, preocupado y dolido ante el repentino llanto.

-¡M-Me dejaste solo!- lloro y sollozo, la cascada de lágrimas cayendo por su mentón.

-Solo fui a buscar fruta- sonrió ligeramente y con cariño. Había estado esperando el cambio de humor, ya sabia que el chico estaba demasiado alegre hasta el momento. Tomó uno de los trozos y MK, aún con los labios temblorosos y lágrimas corriendo por sus mejillas, abrió la boca para aceptarlo.

-Es tan dulce~- tarareo con una sonrisa, masticando con gusto ante el sabor que inundaba su boca y reemplazaba el sabor amargo que le había dejado la extraña bebida que había bebido por accidente.

-Lo sé, lo sé- le dio otro trozo al verlo terminar, moviendo ligeramente su cola. Iba a ser un largo día si no lograba que él se durmiera.

Extra xD

La resaca que vino después de todo el desastre fue tan mala como el dios había esperado.

-...quiero morir...- sollozo MK, haciendo lo posible para enterarse aún más en la calidez y suavidad de las mantas a su alrededor, queriendo llorar ante el fuerte e intenso dolor de cabeza que ahora tenía. -...me duele mucho...-

-Lo sé, lo sé- Wukong se aseguró de mantener la voz baja y las luces apagadas, acostado a su lado y acariciando suavemente su espalda.

~Monkie Kid~ 4️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora