~Monkie Kid~ 4️⃣

Cambios

Espero que les guste~

MK no quería decirlo en voz alta pero era muy consiente de que estaba teniendo problemas de control en más de un sentido.

Tenía cambios de humor últimamente, aunque sonara raro. A veces podía estar de lo más feliz y de repente, algo tonto y específico sucedía, logrando que se enojara mucho más de lo que había estado en su vida, aunque después de eso a veces se ponía triste y no podía parar de llorar. Eso venía de la mano con ligeros estallidos de poder, había roto un par de mesas en un estallido de ira, también había roto tazones en su tristeza por no poder controlar su fuerza.

No se sentía bien, como si algo en él estuviera mal pero sin poder identificar el problema, sintiendo como una picazón que iba más allá de su piel y no podía apaciguar sin importar cuanto intentara. Estaba molesto, frustrado, triste y desesperado, todo al mismo tiempo, y no tenía idea de qué se suponía que debía hacer.

Y aunque amaba con toda su alma a sus amigos, ninguno de ellos lo estaba ayudando, llenándolo de preguntas que no sabía cómo responder, siendo insistentes hasta el punto del hartazgo. Mei insistía que mucho amor podía curarlo, Pigsy seguía poniendo platos de comida frente suyo, Tang probaba todo lo que los libros decían. Pará su suerte, Sandy era un apoyo suave y lleno de amabilidad que le ofrecía té cuando él se refugiaba en su casa, Nezha era calmado y paciente en sus visitas, incluso Macaque una compañía silenciosa y bienvenida cuando se lo llevaba de repente. Eran pequeños momentos de alivio que duraban lo suficiente para brindarle paciencia para volver a su departamento pero muy en lo profundo, más allá de todo lo que ya sentía, había miedo porque estaba llegando a un límite y eso no podía resultar bien.

Y entonces, sucedió.

Había mucho ruido, demasiado, solo logrando que todo lo malo que ya lo perseguía se multiplicará. No se callaban, no se detenían, no lo dejaban en paz.

-...basta...- estaba tan cansado, sintiéndose cada vez más pesado, hundiéndose cada vez más en la sensación de frustración y molestia.

-¿Qué cosa?- todos los miraron, podía sentirlo.

-Yo dije...- lo siente, el fuego abrazador en lo más profundo de su interior, ardiente y abrumador, lleno de ira injustificada. Son sus amigos, son su familia, y ellos no tienen la culpa de nada porque sólo están preocupados pero a estas alturas, él ya no puede luchar contra los sentimientos que lo invaden. -...¡Basta!- gruñó, lleno de ira, sintiendo la ligera explosión de poder que emanaba de su cuerpo mientras se levantaba de repente. Fue un golpe de energía dorada que obligó a sus amigos a retroceder bruscamente, las sillas y mesas de la tienda sufriendo el mismo destino. Todos ellos se veían sorprendidos, luchando para levantarse, pero MK se fijo en Monkey King, cuya presencia había sido silenciosa y alejada los últimos tiempos, luciendo resignado a pesar de su tensa postura. -Tu...sabes lo que esta sucediendo, ¿no?- la forma en la que su ceño se frunció un poco le dio toda la respuesta que necesitaba y eso solo avivaba su furia. -Eres un...¡Mentiroso!- se lanzó, sin saber que lucia como un animal salvaje de cierta manera, su fuerza siendo lo suficiente como para tirar al dios al suelo de espaldas. -¡Mentiroso! ¡Prometiste no mas secretos pero sigues sin decirme nada!- gruñó, apenas prestando atención a como el dios luchaba para sostenerlo o como su expresión mostraba dolor ante sus palabras. -¡Mentiroso, mentiroso, mentiroso!- odiaba las mentiras, odiaba lo estúpido que se sentía por haber confiado ciegamente en su maestro. -¡MENTIROSO!- soltó un rugido animal, un destello dorado cubriendo su cuerpo y mostrándole de otra forma por unos segundos, para luego retroceder bruscamente y salir disparado por la puerta, haciendo oídos sordos ante el llamado de sus amigos.

MK no paro de correr, esquivando ágilmente a la gente, la ardiente furia de antes muriendo lentamente y sólo dejando paso a la profunda tristeza, las lágrimas nublado su visión y manchando sus mejillas rápidamente. Él sólo quería alejarse y encontrar algo de paz para poder digerir todo lo que había sucedido.

Por otro lado, Midori esperaba muchas cosas a estas alturas de su vida pero realmente nunca espero que el sucesor de Sun Wukong apareciera en su negocio de repente y de noche, luciendo tan angustiado que podía romper el corazón de cualquiera.

-Oh...- no sabía que había sucedido pero tenía una mala sensación. -...ven aquí, cariño- extendió los brazos, viendo como el menor caminaba lentamente para acercarse, dejándolo enterrar su rostro lleno de lágrimas en su hombro. Le acarició la espalda con dulzura y lo llevó dentro de su tienda con palabras gentiles. Terminaron en un mullido sillón que ella tenía en el fondo.

-Algo raro está pasando...- fue lo primero que dijo después de un tiempo, demasiado cansado para evitar que ella limpiará suavemente sus mejillas con un paño húmedo. -...y él...él lo sabe, puedo sentirlo, pero no me dice nada...- algo de la ira anterior volvió pero fue momentáneo, desapareciendo y dejando solo la tristeza. -...nunca me dice nada...- eso es lo que más le dolía. -...no confía en mi...- Midori se mordió el labio inferior, sin poder decir nada al respecto, principalmente porque no conocía bien a Sun Wukong y no quería empeorar la situación.

-Yo...- se callo de repente cuando un destello dorado cubrió el cuerpo ajeno, mostrando una imagen diferente pero momentánea. -...Oh...- parpadeo. -...creo que tengo algo que puede ayudar-

-¿En serio?- se enderezó para mirarla, esperanzado. Ella respiro profundo antes de levantarse e irse, volviendo a los segundos con una botella entre manos.

-Eso se llama "Verdadero Ser"- se la extendió y MK no dudo en tomarla entre sus manos, viendo el líquido transparente con ligeros destellos del interior. -Es una poción, se utilizaba mucho en antiguas épocas para aquellos demonios que vivan demasiado tiempo bajo su apariencia humana y olvidaban lo que eran. Es para mostrar lo que realmente son, más haya del disfraz-

-¿Tu crees que...?- toco con sus dedos la superficie fría de la botella, solo queriendo una opinión honesta.

-Creo...- debía ser cuidadosa con sus palabras. -...que tu cuerpo está intentando cambiar pero inconscientemente luchas contra eso, haciendo que el cambio sea más difícil y problemático-

-¿Esto me ayudará?- la miro, esperando su respuesta.

-Espero que si...- en serio que lo esperaba. -...pero si esto no ayuda...- le sonrió, suave y amable. -...buscaremos una solución- MK tarareo, pensativo, solo quería que todo terminará y volver a ser el mismo de siempre.

-Bien- destapó la botella y se tomó el líquido rápidamente, ignorando el sabor amargo que inundaba su boca y bajaba por su garganta. -Agh, sabía horrible- dejo la botella a un lado, sintiendo como su mente se volvía más lenta y su cuerpo más pesado sus ojos cerrándose al mismo tiempo que se inclinaba, pudiendo sentir como ella lo acomodaba en el sillón antes de quedan inconsciente.