MK Vampiro #4

741 119 44
                                    

Espero que les guste~

-Oh, cielos, oh cielos...- MK era un manojo de nervios, saltando de un pie a otro, retorciendo sus manos.

-Tranquilo, Kid- Macaque dejó escapar un largo suspiro, rodeando la cintura ajena para alzarlo ligeramente, aunque el chico seguía agitando las piernas ahora en el aire. -Te vas a dar un ataque si sigues así-

-Mi corazón no late, así que no hay problema- lo dijo tan natural y directo que tomó al mono por sorpresa.

-Cierto- no tenía idea de cómo responder a eso. -¿Estas listo?- decidió volver a punto del tema de ese día.

-No...- incluso si se había estado mentalizado todo el día, incluso si intentaba darse ánimos mentalmente, no estaba preparado para lo que iba a hacer. -...pero hagámoslo- antes de que decidiera retroceder. -Vendrás conmigo, ¿verdad?- lo miro, suplicante y esperanzado.

-Si, si- bufo. -No es como si tuviera opción- no cuando MK le había estado rogando durante horas para tener compañía.

Sus nervios subían a medida que se acercaban a su destino, tieso al poder visualizar a su maestro despreocupado y cómodo en su nube mágica.

-¿Sabes qué? Cambie de opinión...- se dio media vuelta, lleno de miedo repentino. -...quiero irme a casa y disfrutar de un vaso lleno hasta el borde frente a la televisión para deprimirme con una maratón de mi serie favorita- sonaba como un buen plan.

-Me rogaste por dos días para que te acompañe y me pediste que te arrastrara hasta aquí, incluso si luchabas...- gruñó, su cola forme alrededor de la cintura ajena, evitando que llegara más lejos. -...así que vamos a terminar con esto-

-¡Wukong!- llamó, logrando que el mencionado se volteara a verlo. -Tu sucesor- dejó al chico parado frente al mono y luego retrocedió, decidido a mantenerse detrás de esta conversación.

-Hey, Bud~- Wukong sonrió, tranquilo y dulce, especialmente divertido al verlo tan nervioso.

-¡M-Monkey King!- si pudiera, estaría sudando, una ventaja más de estar muerto si tenía que ser sincero. -¡Quiero decirte algo importante!- iba a ser brusco y directo, como arrancar una curita de golpe. -¡Soy un...!-

-¿Un vampiro?- Wukong enarco una ceja, su diversión en aumento al ver a su alumno desinflarse en su lugar. -Ya lo sabía- se mantuvo tranquilo y sonriente, ignorante de la crisis mental que le había causado a su alumno y la mala cara que le estaba mandando su contraparte.

-¿Ya...lo sabias?- parpadeo, lento y pausado, su cerebro tardando unos segundos en entender por completo las palabras ajenas. -¿Cómo?- no recuerda haber hecho nada tonto, siempre manteniendo sus bolsas dentro de su heladera y transformándose dentro de su casa, incluso se había mantenido concentrado para mantener sus ojos oscuros y sus colmillos escondidos, siempre se había asegurado de mantener su secreto bien guardado. -¿Entraste a mi departamento?- temió que hubiera visto su heladera llena de bolsas trasparentes y rellenas de sangre.

-Nop...- tarareo. -...pero si tenías una mariquita en tu pared con una cola de mono muy sospechosa- su sonrisa se agrando, una repentina piedra imaginaria golpeando la cabeza del menor.

-¡¿Me estabas espiando?!- chillo, sin saber cómo sentirse ante eso.

-"Te estuve observando", eso es lo que te dije la primera vez que nos conocimos- se acomodo en su nube, moviendo su cola de un lado al otro, luciendo como un gato satisfecho y odioso.

-Oh...- MK abrió y cerró la boca, sin poder contestar. No había esperado que las cosas fueran así, mucho menos descubrir que su secreto no era tan secreto como había estado pensando todo este tiempo. Tembló y, con sus nervios llegando más allá del límite, se transformó con una nube de humo oscuro. El murciélago chillo, moviendo sus alas con pánico, el dios moviéndose rápidamente antes de que su contraparte se moviera y atrapando al pequeño antes de que pudiera caer.

-Awwww, mírate nada más~- canturreo ante el aspecto afelpado y ligeramente inflado de su sucesor. -Eres tan adorable~- obtuvo chillidos, pudiendo reconocer la vergüenza de alguna manera en su tono y por la forma en la que se retorcía entre sus manos. -Estoy un poco ofendido de que eligieras dormir en la bufanda del emo de aquí...- hizo un puchero, solo ganándose más chillidos a un ritmo rápido y en pánico. -...pero lo dejaré pasar por esta vez- rio, el murciélago retorciéndose hasta poder caer al suelo, volviendo a la normalidad y dejando ver al avergonzado chico arrodillado en el suelo, tapando su rostro con las manos.

-...quiero mi vaso...- sollozo, aunque no podía llorar físicamente, su tono era quejumbroso y lleno vergüenza.

-¿Este?- el mono de pelaje oscuro metió su mano en una sombra, sacando de allí el vaso de procedencia dudosa con unicornios y arcoíris como adornos. MK alzó la vista y estiró las manos con un puchero, luciendo como un niño pequeño. -Aquí tienes tu vaso- se lo extendió, MK agarrando sin dudar y dándole un ruidoso sorbo. -Arriba- rodeo su cintura con su cola y lo levantó en un gesto que se estaba volviendo muy familiar a estas alturas.

-¿A eso te referías con haberlo alimentado?- el dios enarco una ceja, recordando el comentario que su contraparte le había dicho la vez pasada.

-No, literalmente lo alimente...- el domador de sombras lo miro, una sonrisa filosa y burlona creciendo en su rostro. -...con mi sangre- se dio media vuelta, aprovechando que el lento cerebro del dios estaba intentando digerir la información, y se alejo a paso rápido, riendo internamente. Incluso si ahora eran amigos, su pasatiempo favorito seguía siendo molestarlo.

-Tu hiciste...¡¿Qué?!- su grito resonó en la montaña, los pequeños monos presentes chillando con confusión y curiosidad.

~Monkie Kid~ 4️⃣Where stories live. Discover now