Grietas

903 123 29
                                    

Espero que les guste~

Nota: Eso es la continuación del capítulo con el mismo título del libro anterior. Me habían pedido mucho otra parte cuando lo publique y en su momento, no se me había ocurrido nada, pero ahora tuve algunas ideas ^_^

Nota-2: Ignoren los errores y/y horrores, los arreglaré cuando pueda xD

MK era muy consiente de que había ignorado el problema durante el tiempo suficiente, con excusa tras excusa y problema tras problema, pero ahora que la guerra había terminado, que toda la gente estaba libre y la ciudad se estaba reconstruyendo lentamente, especialmente ahora que todo parecía volver a la rutina, supo que no podía ignorarlo más.

Las cicatrices negras con bordes rojizos no se expandieron para su alivio y el gran golpe que parecía ser el centro de todo, justo encima de su corazón, no le dolían pero verlas le daba un cierto escalofrió. No iba a ir con Monkey King, no cuando este se estaba recuperando de la posesión y estaba descansando. Tampoco podía ir con Nezha, porque estaba lejos y lidiando con las consecuencias del robo del mapa que se suponía que debía proteger. Pigsy, Tang y Mei tampoco eran una opción porque estaba seguro de que no tendrían ni idea de por donde empezar. Eso solo le dejaba a alguien más.

Así que aviso a sus amigos que iría a ver a Macaque, sin recibir quejas porque había estado haciendo eso mucho para entregarle comida y dibujos, yendo con toda la decisión que tenía y solo dudando al llegar pero armándose de valor lo mejor posible.

-¿Macaque?- llamo, dudoso, parado en el mismo lugar en donde alguna vez ambos monos se habían enfrentado. -¡Macaque!- repitió, sin recibir ni siquiera una señal de que fuera escuchado. -Bueno, supongo que no esta, así que...- se dio media vuelta, totalmente de acuerdo en atrasar unas cuantas semanas más su situación.

-¿Te vas tan pronto, Kid?- y se tenso, llorando internamente ante la voz.

-¡Hola, Macaque!- se dio media vuelta, encontrándose con el mono que había estado buscando, quien de paso lo estaba mirando con algo de burla y enarcando una ceja. -¡Te traje comida!- hizo un gesto hacia la mochila que ni siquiera se había sacado. Sabía que había nerviosismo en su sonrisa y que su voz flaqueaba un poco, así que era imposible que él no pudiera notarlo. -Traje fideos, algunos bollos y...- estaba por empezar a divagar, podía sentirlo.

-¿Todo esta bien, Kid?- enarco una ceja, dando unos pasos para acercarse. -Te ves...ansioso- lucia nervioso, como si estuviera listo para huir en cualquier momento.

-Por supuesto que estoy bien- sonrió, sacándose la mochila para revisar su contenido, aliviado de que nada se hubiera derramado o caído. -¿Almorzamos?- no era la primera vez que se lo pedía desde todo el asunto de la redención pero está vez, se sentía diferente.

-Claro, Kid- pudo notar como el cuerpo del menor se relajaba ligeramente ante la respuesta. Alzó su mano y chasqueo sólo por gusto, MK apenas tambaleándose cuando fueron hundidos en sombras y emergiendo dentro de la casa ajena. El sucesor tarareo mientras miraba a su alrededor, sonriendo, el lugar en sí parecía un poco más iluminado y hogareño. -Entonces...- decidieron sentarse sobre unos almohadones en el suelo, utilizando la mesa baja que allí había. -...¿Qué sucede por esa cabeza tuya?- preguntó, viendo cómo el chico sacaba todo de su mochila, tarareando. Había mucha comida para ser solo para dos.

-Nada- se apresuró a llenarse la boca con fideos, ignorando lo calientes que aún estaban y como se le estaba quemando la boca entera tragando sin hacer muecas. -Somos amigos...¿verdad?- la pregunta tomó al domador de sombras con la guardia baja, aunque no lo demostró.

-Eso depende mucho de tu definición de "amigos"- comento, fingiendo indiferencia, aunque no pudo evitar reír ligeramente ante el puchero que el menor estaba haciendo y acompañado de su ceño fruncido, era una expresión muy divertida. -Si, si, si. Somos amigos- rodó los ojos, ganándose una gran sonrisa ante eso.

-Bien- MK estaba satisfecho, aún nervioso pero un poco más confiado en hablar. -Entonces, hipotéticamente hablando...- empezó, solo para que un bollo relleno siendo empujado a su boca cortara sus palabras. Parpadeo, sorprendido, dando un mordisco y masticando, sosteniendo lo que quedaba del bollo mientras levantaba la vista para mirar a su acompañante.

-Nada de hipotéticos- bufo el mono, levantando con sus palillos otro bollo, sonriendo con diversión. El menor no pudo evitar la sensación de déjà-vu que lo invadió. -Directo al punto, Kid- le dio una mordida a su bollo, dándole algo de tiempo al menor para pensar en como explicarse.

-Es...complicado- murmuró, decidiendo darle otro bocado al bollo que tenía, masticando lentamente solo para atrasar la cosa un poco más. Terminaron de comer en silencio, uno atento y el otro pensativo. -¿Puedes prometer que no le dirás a nadie?- preguntó después de unos segundos.

-No hago promesas...- era una regla para si mismo. -...pero teniendo en cuenta tu actitud...- hizo un gesto, refiriéndose al nerviosismo y a la tensión que obviamente mostraba. -...puedo suponer que esto es importante. Así te aseguro de que no le diré nada a ninguno de tus amigos- levantó las manos como muestra de que no estaba cruzando los dedos. -Te doy mi palabra- era lo mejor que podía darle sin prometer nada.

-Esta bien, eso...es bueno- y se alejo un poco solo para tener espacio para sacarse la campera, dudando y jugando ligeramente con el borde de su remera antes de armarse de valor y sacársela también.

-MK, ¿Qué...?- sus palabras murieron al mismo tiempo que sus ojos dorados se fijaron en el problema, algo horrorizado ante la vista de aquellas marcas negras de borde rojizo que manchaban la piel del pecho del menor. -¿Cuándo?- preguntó con seriedad mientras se acercaba un poco, tomando después de un segundo de duda la mano temblorosa del menor.

-No las vi hasta después pero...- le dio un ligero apretón a la mano ajena, agradecido por tener a quien aferrarse. -...creo que sucedió cuando intente ayudar a Mei- si lo pensaba bien, recordaba haber sentido una punzada de dolor que solo aumentaba con cada paso pero lo ignoro todo cuando la pudo tener entre sus brazos y luego, su cuerpo había estado demasiado agotado y adolorido en general como para que eso en particular lo molestara.

-Eso...fue hace tiempo- Macaque frunció ligeramente el ceño, pensativo. Eso había sido hace semanas y por lo que estaba viendo, el menor había estado ignorando esas marcas desde entonces. -Bueno, en todo caso, tengo buenas y malas noticias-

-La buena primero- lo miro, suplicante.

-La buena es que sé lo que está pasando contigo y como curarte...- MK sonrió, enorme y aliviado, mientras el mono solo pudo suspirar. Había visto esas marcas antes, hace mucho tiempo atrás, y sólo había una forma de arreglar eso. -...pero la mala es que, para curarte, necesitamos llamar a alguien más- y ahí es cuando MK hizo un puchero, sin saber cómo sentirse ante eso último.

-¿Es necesario?- se animo a preguntar, algo avergonzado y sintiéndose como un niño.

-Si, lo es- asintió sonriendo apenas ante la expresión ajena. Tarareo, era hora de llamar a alguien.

~Monkie Kid~ 4️⃣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora