141 - Si le atraviesan los ojos

1 1 0
                                    

— Ayudarme a derrotar a un decreto te dará problemas con Shatten. 

Roger caminando con atención a su entorno, cuestionaba a Necro, quien caminaba sin hablar.

— Mientras no se entere — consideró Tremor un tanto preocupado.

— A mí me da igual si Shatten destruye este mundo, o bien si alguien más lo hace — Necro siguió caminando —, pero las calamidades son otra historia.

— Todos estaríamos en grave peligro, nosotros, nuestras familias, nuestros seres queridos. 

Necro se detuvo, pero no volteó a ver a Roger, sino que tras considerar su situación siguió caminando.

— Al menos podrían decirnos, ¿Qué es lo que busca hacer Shatten con nuestras gemas? — cuestionó Fulgor al par antes de sentir una presencia —. Alguien viene.

Ark, saliendo de un pastillo, llevaba a su padre, inconsciente, acuestas, de inmediato el joven templario se acercó a su compañero.

— ¿Estás bien? — Roger se alegró al verlos, pero su atención se fijó más en aquel herido que cargaban con tanto cuidado — Es tu padre — reconoció sorprendido — ¿Se encuentra herido? Debemos sacarlo de aquí cuanto antes.

Roger caminó para ayudarles con Irídeo, y al momento, los dragones notaron que las paredes se estremecían. 

— Los muros... — observó Fulgore, hasta notar que las paredes se concentraban y envolvían en un solo lugar, formando a una figura cuadrada y de enorme tamaño, el ser, con silueta humana y cuadrada, giró el cubo que tenía por cara y les miró con ojos rojos.

— Una torre — reconoció Necro. 

De inmediato los dragones se unieron a sus amos y la torre, levantando uno de sus enormes brazos, atacó a los jóvenes. Ark apenas tuvo tiempo de cargar con su padre y esquivar cuando el impacto destruyó el suelo por completo. 

Roger, de inmediato levantó una mano y concentrando su ataque, lanzó un rayo de luz que impactó contra la cabeza de su enemigo, pero este apenas se inmutó. Necro creó entre sus manos una densa esfera de tinieblas y la lanzó contra el trebejo, éste, colocó una mano al frente y creó una pared del mismo material negro de su cuerpo, bloqueando el ataque sin ninguna dificultad. 

La torre regresó su brazo a la normalidad y moviéndolo solo un poco, lo convirtió en una columna y la arrojó contra Roger, impactándolo y enviándolo al fondo de un pasillo. 

— Esto es demasiado, amo — reconoció Tremor —, nuestro trabajo ya está hecho, deberíamos irnos y escapar de una vez por todas.

— No tienes que decírmelo — alegó el joven. 

La torre miró a Necro y de inmediato atacó, el amo de la obscuridad apenas tuvo tiempo de esquivar la columna de piedra negra que fue arrojada contra él, pero para su terror, la torre se trasladó en el lugar donde había arrojado la columna, apareciendo al lado de Necro y golpeándolo con un ataque recto, impactándolo en el pecho y arrojándolo contra un muro.  

La torre giró el rostro y encontró a Ark corriendo por un pasillo con su padre a cuestas. 

— ¡Nos ha visto, amo! — alertó Bravo — ¡Va a atacar!

Ark corrió hasta un pasillo y al tenerlo al alcance, saltó hacia él, con su padre, justo después una columna pasó cruzando el pasillo y provocó un feroz estruendo al impactar.

— Maldición — Ark, agotado, luchaba por levantarse. 

— Amo, está sangrando — se preocupó el dragón. 

Confuso, Ark se llevó una mano a la cabeza, sangraba.   

— Déjame aquí... — pronunció Irideo. 

El hombre, mal herido, sin fuerza y en el suelo, miró a su hijo. 

— Nunca he estado tan más en desacuerdo contigo como ahora, padre — replicó Ark mientras se levantaba.

— Escapa... — repitió con debilidad.

— Tú y tus ocurrencias, padre. 

— ¡Amo! — alertó Bravo.

Ark giró el rostro y notó que la torre llegaba al pasillo y al girar su cabeza, miró a Ark. Sin pensarlo siquiera, el amo del agua reunió toda su fuerza y lanzó un potente torrente que impactó contra la columna que lanzó la torre. 

El flujo del torrente comenzó a romperse, pero tuvo la fuerza suficiente para que la columna perdiera la fuerza y regresara contra la torre golpeando su cara. 

— Eso no será suficiente — reconoció Bravo, frustrado.

Ark, agotado, cayó con una rodilla al suelo, respirando de forma agitada. 

— Amo, está llegando al límite — Bravo estaba preocupado.

— Déjame — volvió a pedir Irideo. 

— ¿Podrías callarte? — se molestó Ark.

La torre enderezó su cuerpo y miró a Ark, apenas lo hubo hecho, un corte de luz lo arrojó contra el suelo. Sangrando y golpeado, Roger ayudaba a su amigo. La torre volvió a incorporarse, pero una bola de tinieblas le detuvo, volviéndola a arrojar al suelo. 

— Ganaremos tiempo — aseguró Roger —, tú busca una salida y sal de aquí.  

Ark dudó un segundo, el también quería pelear, pero agotado y con su padre herido, no tendría oportunidad. 

— ¡Solo vete! — gritó Necro. 

— ¡Amo! — apresuró Bravo. 

— Los ojos son su punto débil — les explicó mientras tomaba a su padre —, si le atraviesan los ojos, se destruirá. Nos veremos después.

Sin perder más tiempo, Ark escapó del lugar. 

— Es débil en los ojos, amo — repitió Tremor con urgencia.

— No perdamos tiempo entonces.

La gema de Necro destelló y poco a poco sus escamas se fueron perdiendo en el entorno, hasta volverlo invisible. Roger, sorprendido, continuó atacando, sin dejar a la torre levantarse. 

— ¡Mi turno! — pidió Necro. 

Roger dejó de atacar y aprovechando la posición de su enemigo, Necro saltó sobre la torre y antes de que esta pudiera hacer algo, enterró su espada en uno de los ojos. El trebejo lanzó un chillido agudo y con un brazo se quitó a Necro de encima, impactándole contra una pared cercana. 

Sin perder tiempo, Roger cargó contra el trebejo y con una feroz estocada alcanzó el ojo restante de la criatura, destruyendo su cabeza y rompiendo a la torre en cientos de pedazos. 


Erasus Drakoneحيث تعيش القصص. اكتشف الآن