VIII

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No puedo mover mi brazo, ¿estará roto? ¿puede romperse? Duele, así que supongo es posible. Miro con tristeza a mi amo, duerme, ha logrado salir vivo por muy poco. Casi muere... y yo con él. El demonio nos superó por mucho... por mucho. Siento dolor al recordar las palabras de mi amo... Yo soy débil... de ser más fuerte esto no hubiera pasado. Respiro hondo y levanto la cara, Fulgore está cuidando de su amo, está muy lastimado, por fortuna no es nada grave. Esos decretos son peligrosos y apenas fueron dos, nosotros éramos tres... ¿tenemos oportunidad contra ellos? ¿podremos hacerles frente? ¿o esta es una batalla perdida? Bajo la mirada, veo al demonio, aún encerrado en el cuerpo del amo de Conato. No puedo ver su corazón. Siento lástima por él. Pero... ahora que lo pienso... ¿podría usar a ese demonio para ser más fuerte? No. Soy un tonto por pensar siquiera en esa posibilidad, el demonio devoraría el corazón de mi amo... pero... mi amo no tiene corazón... lo tengo yo.

Erasus DrakoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora