— Eso sería todo por hoy, vayan a estudiar y mañana continuaremos con el chequeo de los pacientes.
Un grupo de jóvenes y adultos salieron de la enfermería, revisando notas y compartiendo opiniones, satisfecho, Theron sonrió complacido, antes de que Nina, la enfermera, le abrazara por detrás.
— Me adelantaré al comedor, doctor. No tarde demasiado — le acarició tras lo cual salió, dejando al galeno más que sonrojado.
— No se le vaya a subir la sangre a la cabeza, doctor — jugueteó Shin, recostado y vendado.
— Déjalo, muchacho, algún día entenderás la alegría que alguien se interese en ti — le reprochó Alpheo en la cama de adelante.
— Tocaría un poco para ambos, de no estar postrado en esta maldita cama — comentó Samec, desesperado de estar acostado.
— Paciencia, señores. El cuidado del galeno es más que excepcional, no podrán negarlo — respaldó Beth.
— Sí, pero es un tanto incómodo que tengamos a más de veinte personas cada día viendo nuestra recuperación — añadió Shin.
— Tienen que aprender y dominar la ciencia de la salud y que mejor con casos reales de guerreros experimentados — explicó Theron a los cuatro pacientes con cierta empatía.
— No les dé demasiada importancia, don Theron. Estos hombres solo juegan con usted.
Tsade, entrando por la enfermería, llegó sonriente a la enfermería mientras usaba su arco como guía para orientarse.
— Señor Tsade, deme un segundo, por favor — con respeto, Theron buscó una silla y la acercó a su invitado.
— ¿Cómo se encuentra nuestro señor? — preguntó Shin, antes que los otros.
— Está mucho mejor, ya saben cómo es él, tiene mucha energía y siempre quiere estar al pendiente de todo — les aseguró —, estuve en la mañana con él y antes de irme tenía algo de sueño, lo dejé arropado y con la chimenea encendida — aseguró con tono paternal, tranquilizando a sus colegas.
Theron sintió la interacción entre los hombres, era sana, respetuosa y sincera. No peleaban entre ellos, no se ofendían entre ellos, si no que se desafiaban y animaban para mejorar, se preocupaban por su recuperación y en general, tenían una dinámica sana en sus relaciones.
Tsade relajó sus hombros y sintió el ambiente cálido de la habitación, su pulcritud, la comodidad y la candidez de los rayos del sol al entrar por la ventana.
— El ambiente aquí es acogedor, casi tanto como la presencia de nuestro amo — se percató el decreto —. No hay duda de que usted es una gran persona, don Theron.
— ¿Yo? — se extrañó Theron.
— Su conocimiento sobre la medicina es excepcional sin duda — respaldo Beth.
— Además, su forma de enseñar a la gente es excepcional y paciente — añadió Alpheo.
— Nina ya le echó un ojo — acotó el joven Shin.
— Solo intento hacer mi parte, al igual que ustedes — reconoció el galeno un tanto sonrojado.
Tsade respiró profundo y suspiró con agrado.
— Esta clase de ambiente es producida por aquellos que son amables, responsables, entregados, entusiastas, no es fácil replicarlo o simularlo, sin embargo... — las largas y blancas cortinas blancas se mecieron con suavidad, dejando entrar una brisa fresca y fría — Noto un poco de duda, hay frialdad en la habitación. ¿Hay algo que te inquiete, Theron? — preguntó tomando por sorpresa al galeno.
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Erasus Drakone
FantasyCuando obtenemos lo que más deseamos ¿crecemos? ¿cambiamos? ¿mejoramos? ¿nos volvemos avariciosos? ¿morimos en paz? El reino entero se encamina a su destrucción, la sociedad busca lo suyo y cada uno busca su propio bienestar. ¿Para qué salvarlos s...