135 - Soy masoquista

1 1 0
                                    

— El castillo es enorme — Roger caminaba junto con Fulgore, Necro y tremor entre los pasillos creados por los trebejos de Torre. Necro y Tremor caminaban en silencio.

— ¿No vas a decir nada? — insistió Roger en hablar.

— ¿Qué quieres que te diga? — preguntó Necro sin detenerse siquiera.

— Al menos, que estás de nuestra parte en esta causa.

— No estoy de parte de nadie — alegó encaminándose a una puerta gigantesca.

— ¿Entonces qué hacen aquí? — cuestionó Fulgore.

Necro se detuvo y, junto a Tremor, giró el rostro para ver a Roger con su dragón.

— ¿Tú por qué estás aquí? — antepuso Necro con sus ojos fríos.

— Yo estoy aquí para poner fin a las masacres de Shatten y regresar a WindRose su paz.

— ¿Y cuándo lo hagas? — Necro y su dragón giraron el rostro directo a la puerta.

— Todo será como antes, habrá paz, prosperidad, podremos...

— ¿En verdad crees eso? ¡Por favor! — Necro levantó los brazos y negó con la cabeza — para ser el dragón de la luz, tu visión es demasiado tenue.

— ¿Qué quieres decir?

— Aunque logres detener a Shatten, con o sin mi ayuda, este mundo está podrido — Necro colocó ambas manos frente a la puerta —. No hay nada que puedas hacer para cambiarlo, la gente es corrupta, efímera, perversa, solo detendrás a un hombre que ha tomado sobre si toda la atención del momento, pero cuando muera, ¿quién tomará su lugar? ¿O acaso crees que las muertes, las injusticias y la tristeza desaparecerán como si nunca hubieran existido? — Necro hablaba con desprecio — Te aferras a un ideal que ni siquiera tiene la fuerza para sostenerse a sí mismo. ¿Y si te dijera que Shatten solo es un peón?  

Necro abrió las puertas de par en par y delante de ellos, la capilla del castillo se desplegó con esplendor. De todo el castillo, era lo único que no había sufrido la crueldad de Gladius.

Roger y aún asimilando la declaración, se adentraron a la enorme sala, la cual, estaba dividida en tres secciones principales, una de ellas, la de la izquierda estaba dedicada al credo de Azrael, mostrando un exquisito color carmín en cada uno de sus adornos, sus bancos, su estatua de un ángel con un pie sobre un demonio cortándole la cabeza con una espada, sus velas rojas, sus asientos de terciopelo, todo era admirable. La parte central estaba dedicada al credo de Winkel, adornada con blancos, velas, candelabros y rosas, por último, al lado izquierdo, de forma más discreta, había una sección dedicada al credo de los dragones, ahí todo era sencillo, simple y escueto, asientos de madera y un arreglo de flores comunes era todo lo que adornaba aquella parte, solo un piano grande destacaba en aquella sección.

— ¿Quién controla a Shatten? — retomó Roger.

— ¿Han oído de las calamidades? — la piel de Fulgore y su amo se erizó al oír a Tremor.

— Eso... ¿eso es posible? — cuestionó Fulgore.

— Así parece — el semblante de Necro se miraba preocupado —. No conozco los detalles, pero madame Katrina lo confirmó.

— Entonces, todo esto es peor de lo que esperaba — reconoció Roger —, debemos detenerlo. 

— ¿Será suficiente solo con eso? — cuestionó Necro hablando para sí. 

— Debemos hacerlo, al menos intentarlo — animó Roger. 

— El infierno está lleno de buenas intenciones.

Erasus DrakoneOnde histórias criam vida. Descubra agora