41 - Demasiado confiado

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Despertando en el suelo claroscuro de una arboleda, Ark recuperaba la razón sintiendo todo su cuerpo adolorido. Abrió los ojos y sobre él notó las verdes ramas de los árboles, algunas rotas evidenciando su abrupta caída. Al recordar los sucesos, se levantó de golpe. 

— Tranquilo — escuchó una profunda voz a su lado —, estamos a salvo, amo — Ark giró el rostro y encontró a su dragón, sentado a su lado.

— ¿Dónde estamos? ¿qué ocurrió? — se sentó el joven aún asimilando la presencia de tan ancestral ser. 

— La magia del viento nos ha arrojado hasta aquí. No sé donde estamos, he volado un poco pero no logro recordar ni reconocer nada de los alrededores. Estamos solos, no he logrado percibir a enemigos o a otros dragones. 

Ark miraba con atención a Bravo, admirando su cuerpo escamado, su cola inquieta e incluso sus alas relajadas sobre sus hombros. 

— ¿Sucede algo? — se percató el dragón.

— Disculpa, aún me estoy acostumbrando a tu presencia — confesó —. Me da gusto verte más repuesto. 

El dragón sonrió mostrando los dientes de lado derecho de su cara y miró a su amo complacido.

— Estoy mejor gracias a su corazón, amo. Y aunque hay muchas cosas que quisiera preguntarle, considero que lo mejor será buscar un refugio antes de caer la noche. 

Antes de hablar, el estómago de Ark rugió con fuerza.

— ¿Tiene algo de comer con usted? — Bravo levantó una ceja.

— Nada, Eiron tenía la comida. 

Al recordar, el semblante de Ark se ensombreció.

— Él fue quien se sacrificó entre el viento, ¿no es así? — recordó Bravo — ¿por qué lo hizo?

— Él siempre fue así — explicó Ark con semblante serio—. Nunca dudó en enfrentarse contra oponente más fuertes que él.

— O es muy valiente o demasiado confiado — señaló el dragón.

— Un poco de ambos — de nuevo, el estómago de Ark se retorció.

— Será mejor que encuentre algo de comer, amo. Creo haber visto una ciudad a lo lejos.

Sin dudar, Ark asintió y al tratar de ponerse de pie, un dolor agudo le impidió apoyarse para caminar haciéndolo caer al suelo.

— Mi pie... – bramó respirando con fuerza conteniendo el dolor.

— Debió lastimarse al caer — consideró Bravo —. Déjeme intentar algo.

El dragón dejó su forma y entró a la gema. Ark sintió una fuerte calidez en su pie y al mirar, notó que su dragón había creado escamas solo sobre su torcedura, sin necesitar crear toda la armadura. 

— Intente incorporarse ahora, amo — para sombro de Ark, la armadura fortaleció su pie, permitiéndole levantarse y caminar con algo de esfuerzo.

— ¿Cómo haces eso? — preguntó el joven sin ver a su dragón.

— Para ser sincero, no estoy del todo seguro — rio Bravo sorprendiendo a Ark al oírlo reír por primera vez —. Cuando entro a mi corazón puedo materializar mis escamas sobre usted. Cuando usted portó mis escamas, yo me sentí más fuerte, resistente e incluso ágil. ¿Usted sintió lo mismo?

— Sí — reconoció el joven. 

— Estoy muy emocionado por todo esto — se sinceró —. Quiero ver todo lo que somos capaces de hacer.

Erasus DrakoneWhere stories live. Discover now