Ash y Sky, dos reconocidas estrellas de cine, están en medio de un proceso de divorcio.
El desgaste, la distancia, la falta de comunicación y la sospecha de una posible infidelidad, han llevado a Sky a concluir el por qué del desenamoramiento de su...
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Desde que Ash y yo decidimos tomar caminos diferentes, comprendí muchas cosas después de eso. Una de ellas era que puedes guardarte toda una vida lo que realmente sientes, y las heridas dentro de ti jamás terminarán de cerrarse. Por suerte, Ash y yo nos dijimos todo esa noche... y por eso, habíamos sido capaces de perdonarnos mirándonos a los ojos sin resentimiento alguno.
Yo ya no odiaba a Ash. Creo que jamás lo hice. Solo estaba lastimada, sin embargo, el dolor dentro de mí se había esfumado y ya no había nada más que buenos recuerdos dentro de mí.
Estaba en ese punto de mi vida en el que al fin había encontrado mi equilibrio. Ya no sufría esos subidones de emociones, que luego descendían en picada como si estuviese a punto de estrellarme dentro de una montaña rusa. Todo estaba bien ahora, y lo más importante era que yo me sentía mucho mejor.
Estaba feliz... Lo era en verdad.
Por eso, esta era la primera sonrisa real y genuina que expresaba frente a las cámaras. Los flashes chocaban contra mi rostro, mientras posaba enseñando mi vestido dorado, pisando la alfombra roja.
Nos habían nominado a Ash y a mí por nuestra película "Enamorándote en diez simples pasos" . Sin embargo, él no había podido venir al evento debido a que seguía recuperándose.
Por cierto, él ya estaba mucho mejor. Había regresado a la casa de sus padres para poder asistir al matrimonio de su hermano, y aunque su familia me insistió que los acompañara a la boda, tuve que negarme. Por suerte Ash estuvo de acuerdo con mi decisión y antes de despedirnos, me entregó algo que había estado llevando con él desde hace mucho tiempo; mi anillo.
No sabía bien si seguiría conservándolo, aunque claramente no volvería a usarlo. Sin embargo, lo dejé guardado, mientras decidía qué hacer con él.
Por otro lado, Tristan se encontraba aún lejos, ya que debía dar algunas entrevistas en Toronto. Pero prometió regresar antes de fin de año, así que solo debía esperar por él un poco más antes de reencontrarnos en Chicago.
Avancé por la alfombra roja, arrastrando mi vestido largo. Las personas se aglomeraban a mi alrededor para poder saludarme, y después de tomarme varias fotografías al fin pude entrar al lugar para sentarme en el asiento que me correspondía.
Las premiaciones estaban a punto de comenzar, y no pude evitar sentir el revoloteo en mi estómago debido a los nervios. No era mi primera vez en este tipo de eventos, pero sí lo era estando sin alguien que sujetara mi mano cuando estuviesen a punto de anunciar a los ganadores.
Sin embargo, sabía que habían muchas personas apoyándome desde la distancia, expectantes por lo que podía llegar a pasar esta noche.
"Estaré viéndote en televisión. Por cierto, luces preciosa como siempre, Skywalker. Definitivamente eres la estrella más grande de este mundo."
Sonreí por inercia al recibir aquel mensaje. Incluso aunque él no estuviese cerca de mí, estaba presente hasta debajo de mi piel. Y aún sin poder verlo, sabía que él tenía sus ojos puestos sobre mí en donde sea que se encontrara...
