Capítulo treinta y ocho

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La semana de la moda era uno de los eventos más esperados del año

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La semana de la moda era uno de los eventos más esperados del año. Los desfiles, las presentaciones, exposiciones, diseñadores y colecciones de moda, mostrarían sus últimas creaciones para las temporadas de primavera/verano, entre ellas; Dolce & Gabbana, Gucci, Roberto Cavalli, Prada, Versace, Armani, entre otros. 

Una de las firmas italianas había invitado a Tristán para que disfrutara el desfile desde el 'front row', durante el lanzamiento de la colección.

Sería una semana caótica, llena de eventos sociales en donde estaría expuesta frente a las cámaras y por eso, mis looks se encontraban diseñados para cada día. Además, mis atuendos iban acorde a la ocasión, puesto que estaríamos al aire libre, en showrooms y fiestas, así que, debía modelar cada uno de ellos. 

Justo ahora para la apertura del evento, llevaba puesto un imponente vestido de seda negro, en conjunto con un abrigo de cuero y tacones plateados. La limusina me esperaba fuera del hotel para llevarme al desfile, en donde además tendría el honor de debutar por primera vez. 

La puerta fue abierta para mí, y en el interior se encontraba Tristan, quien llevaba puesta una chaqueta color canela combinada con aquellos pantalones que se ajustaban a sus piernas torneadas. Su cabello negro estaba peinado hacia atrás, y sus ojos se encontraban cubiertos por las gafas oscuras. 

Extendió su mano hacia mí para ayudarme a subir, mientras mis dedos sujetaban el vestido para no arruinarlo. La entrada al desfile estaría lleno de paparazis y por eso, debía lucir bien frente a las cámaras. 

—Gracias —sonreí levemente, deslizándome sobre el asiento de cuero. 

La puerta se cerró, y la limusina comenzó a avanzar en dirección al desfile.

—Es nuestra primera aparición formal juntos. Me siento tan nerviosa —mordí mi labio inferior, sin poder contener mi emoción. 

El corazón me galopaba dentro de mi pecho y las piernas me temblaban. Había practicado para caminar en la pasarela y también había trabajado mis expresiones, pero obviamente esto era completamente nuevo para mí, y la presión estaba haciendo desastres con mi ritmo cardiaco. 

—¿Sostendrías mi mano? —le pedí en suplica.

Quería aferrarme a algo que me hiciese tener los pies en la tierra, y Tristan era la única persona con la cual podría sentir esa seguridad allí. 

Sus ojos me observaron a través de las gafas y asintió, mientras se quitaba la chaqueta para quedar solo con la musculosa negra. Hacía demasiado calor dentro del auto, así que me aseguré de pedir que encendieran el aire acondicionado. 

—Debemos promocionar la película. Las personas querrán saber si somos lo suficientemente cercanos como para denotar confianza —comentó. 

—Claro, por supuesto que confío en ti —le guiñé un ojo antes de girar hacia la ventana y ver que lentamente nos acercábamos al lugar del desfile. 

El divorcio de mis sueños ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora