Capítulo treinta y tres

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Ash

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Ash

Miré hacia la pantalla, quedándome petrificado al ver las imágenes y el aire se atascó en mis pulmones al detallar el rostro asustado de Sky, mientras un montón de periodistas y paparazis se aglomeraban a su alrededor. 

Mi corazón se apretujó en mi pecho al ver su mirada llena de temor, viéndose pequeña, y realmente lamenté que estuviese siendo asediada por mi culpa. 

La siguiente imagen me dejó aún peor, provocando que mis latidos se aceleraran. 

"¿Tristan Evans es el nuevo amor de Sky?"

"Tras su reciente divorcio, la reconocida actriz ha estado desaparecida del ojo público. Sin embargo, el día de ayer se le vio muy cercana al actor, ambos bajando del mismo vehículo y entrando al hotel. Se sospecha que ambos se están quedando juntos".

Sentí la presión en mi tórax, y el ardor en mi rostro me hizo apretar los puños con fuerza.

¿Él?

¿Qué hace a su lado?

De solo pensar en ellos dos juntos, sentí la sangre precipitándose con fuerza y mi corazón palpitando abruptamente contra mi pecho. Los celos me embargaron al continuar viendo hacia la pantalla, mientras cada musculo de mi cuerpo se tensaba. 

Paseé mis dedos por mi cabello con desesperación, necesitaba saber que esos solo eran rumores y que en realidad ella no tenía ningún relación con ese tipo más que lo laboral. 

No, Sky no estaría con un tipo como él. No era para nada su tipo, no encajaban. Además, él no sabría como tratarla, ni la entendería... No iba a poder amarla como yo. 

—Veo que ya te enteraste. Por eso pareces un león enjaulado —murmuró Oliver, entrando a la sala. 

—No creo nada de eso —dije entre dientes, pero mis ojos seguían reparando las fotos, los vídeos, y todo aquello en lo que se veía a ambos demasiado cerca.

Solo lo hacen por la película... No hay nada entre Sky y él.

—Bueno, han estado pasando mucho tiempo juntos... —Oliver murmuró, viéndome de reojo. —, ella no tiene compromisos, está saliendo de un momento difícil y no estaría mal que buscará consuelo en-

—No —lo corte de golpe, sintiendo una severa irritación por sus palabras. —. Sky no puede...

—¿No puede? —alzó una de sus cejas. —¿Acaso debe pedirte permiso?

—No me refiero a eso...

—¿Entonces? —me miró inquisitivamente. 

Ni siquiera sabía cómo explicarme, solo sabía que conocía lo suficiente a Sky como para saber que ella no estaría con ese hombre. 

Impulsivamente tomé una decisión, porque esas malditas imágenes fueron un detonador más. La maldita ausencia de Sky, su rechazo, las persecuciones y la sensación de vacío, hicieron que buscara la forma de ir por ella una vez más. Solo una...

El divorcio de mis sueños ✔️Where stories live. Discover now