Capítulo diecisiete

10.7K 865 97
                                    

La tensión entre nosotros era palpable dentro del set

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La tensión entre nosotros era palpable dentro del set. Cada expresión, cada palabra, era afectada por nuestros problemas, provocando que las escenas fuesen grabadas una y otra vez, sin poder lograr la conexión que necesitábamos.

Ninguno de los dos lograba despegarse de sus verdaderos sentimientos, y por eso, no podíamos adentrarnos en nuestros personajes. 

Cada que mis ojos se posaban en Ash, estos lo veían con rechazo y dolor. Sin embargo, Elizabeth debía verlo con amor... Y eso era algo que no podía reflejar. 

Él también lucía decaído, incluso su voz sonaba más apagada que nunca. En este momento éramos la viva imagen de una lamentable pareja que sin duda alguna, no representaba la pasión de dos enamorados.

Cuando sus manos se posaron sobre mis mejillas para dar paso al beso que estaba narrado en nuestros libretos, ambos nos detuvimos sin poder recrearlo. Estaba volviéndose una situación demasiado forzosa e incomoda.

Hace unos días atrás nos dimos nuestro último beso solo siendo Ash y Sky... y ahora ni siquiera podíamos mirarnos a la cara. 

—Nos tomaremos un descanso —decidió el director, suspirando con cansancio. —. Esto no está funcionando, así que nos saltaremos a la siguiente escena. 

Me alejé de Ash en ese momento, tomando distancia y estableciendo aquella barrera inestable. 

Jamás me había afectado tanto algo como para impedirme actuar. Y si seguíamos así, esta película se convertiría en un verdadero fiasco cuando acabara.

Pero lo que me tenía realmente afligida era la llamada que recibí durante la mañana. 

"Los papeles de divorcio están listos. Solo debe firmar".

Eso fue lo que dijo mi abogado, y aunque ya me había quitado el anillo, aún me quedaba arrancarme el apellido de Ash...

Lo miré de reojo, sintiendo rápidamente el pesar en mi pecho. 

Sabía que había tomado la decisión correcta, pero... ¿por qué me destruía tanto? Incluso no tener mi anillo de matrimonio conmigo se sentía como si faltara un pedazo de mí. Uno muy importante y valioso. 

Pero ¡no podía quedármelo!, porque eso significaría seguir aferrada a él, y no podía permitirlo. 

Obviamente sabía que ya no volvería a ilusionarme, porque de hacerlo, podría llevarme un golpe del que no podría reponerme. Uno casi tan doloroso como el que recibí en un principio, cuando él me presentó los papeles. 

¿Podía haber algo peor que eso? 

Esperaba que no. 

Ahora solo nos quedaba firmar el divorcio ante la ley, y concretar nuestra separación frente a todo el mundo. 

Volvimos al set luego del receso, esta vez tomando nuevas posiciones ya que recrearíamos otra escena. Una en que ninguno de los dos se veía tan comprometido a tocarse, así que eso se sentía como un alivio. 

El divorcio de mis sueños ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora