Capítulo treinta y cinco

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Desperté demasiado tarde esa mañana, sin siquiera percatarme de todas las llamadas que no escuché durante la noche

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Desperté demasiado tarde esa mañana, sin siquiera percatarme de todas las llamadas que no escuché durante la noche. Mis ojos dolían, me sentía agotada, y probablemente me regañarían en el set, pero aún así, me tomé mi tiempo para poder levantarme. 

"Muchas gracias por dejarme dormir en tu habitación. Prometo no volver a darte dolores de cabeza"

Dejé la nota en la mesita de noche junto a la lámpara, y sin más, salí del lugar con mi maleta en mano y cubriendo mi rostro con las gafas oscuras que escondieron mis ojos. El auto me esperaba en el estacionamiento y por suerte, no tuve problemas al dirigirme hacia el set. No sabía si podría soportar otro caos más con los periodistas. 

—¡Al fin llegas! —Irene corrió hacia mí al verme cruzar la entrada. —. Te estuve esperando en el spa, pero no contestabas ¿pasó algo? —preguntó preocupada. 

Solté un suspiro de cansancio. 

—Tuve una muy mala noche... —contesté, extendiendo mis brazos hacia ella, quien me recibió sin dudarlo. 

—¿Por qué?¿la habitación de Tristan no era cómoda para ti? 

—No, en realidad era una suite increíble, pero... —respiré hondo antes de continuar. —, Ash estaba ahí también...

—¡¿Qué dices?! —gritó a todo pulmón, llamando la atención de varias personas.

—Baja la voz... —susurré entre dientes. 

—Lo siento, yo... fue el impacto —se disculpó nerviosa. —¿Cómo que Ash estaba ahí? —murmuró, arrugando las cejas. —¿te vio? 

—Nos encontramos de frente —asentí, y ella cubrió sus labios como si le hubiese dicho algo terrible. —. Y trató de convencerme de que seguía queriéndome. 

—Que idiota —gruñó, pasando por distintas emociones en menos de un minuto. —¿Qué es lo que pretende? ¿acaso no le quedó bien claro que ustedes dos están divorciados?

—Lo sabe, pero no quiere asimilarlo —me encogí de hombros. —. Piensa que lo nuestro aún puede arreglarse. 

—¿Y qué le dijiste?

—Le dije que ya no lo amaba —contesté, sintiendo que decir aquello me agotaba aún más. Requería de mucha energía quitar esos sentimientos que seguían allí latentes por Ash, porque una relación de años no se borra de la noche a la mañana. Sin embargo, lo cierto era que ese amor tan intenso que sentía por él, ya no estaba ahí, o más bien, ya no se sentía agradable. 

Era como un amor sembrado entre un montón de espinas que se incrustaban en mi corazón. Y cuando él apareció frente a mí en aquel ascensor, las espinas se enterraron hasta hacer que mi pecho ardiera de dolor. 

—¿Y ya no lo amas, verdad? 

—Solo sé que no lo quiero en mi vida. Estoy decepcionada de Ash. Estoy molesta también —murmuré y una sonrisa melancólica se curvó en mis labios. —. La verdad, solo espero que todo ese enojo desaparezca, no me gusta sentirlo... Pero eso solo significa que aún siento algo por él.

El divorcio de mis sueños ✔️Where stories live. Discover now