Capítulo ocho

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Ash

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Ash

Abrí los ojos lentamente, sintiendo como si me martillaran la cabeza con el dolor intenso que me embargaba. A pesar de ello, ya no sentía frío como al principio, ni la debilidad en mis piernas que me hizo caer directamente en la cama. 

—¿Sky? —la llamé en medio de la oscuridad. 

No hubo respuesta de su parte, así que encendí la luz de la lampara para buscarla. Sin embargo, no estaba dormida en el sofá. Tampoco se encontraba dentro del baño. Mi mirada viajó hacia la hora en el despertador el cual me indicó que era más de media noche.  

Busqué mi celular en el velador, encontrándome con algunas llamadas perdidas las cuales ignoré solo para buscar el número de Sky entre mis contactos. Increíblemente aún la tenía registrada como "mi amor" en mi agenda.

Marqué, llevando el celular a mi oído. Esperé a que me contestara, pero luego de un rato simplemente me mandó al buzón. 

Quizás está con Irene...

Decidí llamar a su manager solo para asegurarme de que ella estuviese allí con ella. Después de todo, era demasiado tarde, y si había salido a algún lado al menos tendría la certeza de que estaba acompañada. 

Sky ahora tenía la libertad de divertirse lejos de mí y comenzar a disfrutar su... soltería. 

Bah, pero eso a mí no debería importarme.

—¿Sí? —Irene contestó la llamada.

—Hola... disculpa por la hora. Solo quería saber si Sky está contigo —murmuré. 

—Sí, ella está aquí. 

Bien... no estaba sola. 

—¿Podrías pasármela? No me contesta el celular.

—Lo siento, pero está algo ocupada en este momento. 

—Vale... y ¿están fuera del hotel? —persuadí, intentando actuar desinteresado. 

—No, estamos en mi habitación. Sky prefirió dormir aquí para que puedas usar la cama con gusto. Así que no te preocupes. 

—Mmm... Gracias y... dile a Sky que le debo una. 

—Le debes muchas —contestó Irene, colgando la llamada de sopetón. 

El sonido del teléfono murió al otro lado, dejándome perplejo con su reacción. Al menos ahora sabía que Sky estaba bien. Sin embargo, no pude dejar de pensar en ella después de eso. 

A la mañana siguiente me sentí mucho mejor por suerte, así que estuve listo para ir al set a grabar. Todo el mundo ya estaba allí, pero Sky no. 

—¿Y Sky? —le pregunté a Oliver, mi manager. 

El divorcio de mis sueños ✔️Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang