Capítulo veinticuatro

10.1K 589 48
                                    

Después de una premiere exitosa y de que los números nos favorecieran en taquilla, decidí que era momento de darme unas merecidas vacaciones

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Después de una premiere exitosa y de que los números nos favorecieran en taquilla, decidí que era momento de darme unas merecidas vacaciones. Unas que me alejaran de los medios por un tiempo antes de tener que regresar a mis nuevos proyectos. Así que, sin pensarlo dos veces, compré mis boletos de avión. 

Nos iríamos a la isla Creta para pasar las celebraciones de julio allí. Y digo "nos iríamos" porque al viaje se había unido Ash y Oliver para acompañarnos por todas esas semanas. Además, nos quedaríamos a celebrar mi cumpleaños allá, antes de tener que regresar a New York. 

Irene había reservado nuestras habitaciones en el Grecotel Creta Palace en el pueblo de Rethymno. Su animada vida nocturna y sus calles llenas de color y ambiente nos hicieron despertar del sueño al bajarnos del avión.

—Definitivamente fue una excelente idea venir aquí —canturreó Irene, deteniéndose a tomar una gran bocanada de aire. 

La brisa nocturna y el sonido del mar fue todo lo que llamó mi atención al movernos por el borde costero. La mano de Ash sujetaba la mía, balanceándose mientras caminábamos hacia la entrada.

—Reservé una suite con piscina privada y zona al aire libre —murmuró Ash contra mi oído, mientras nos registrábamos en la recepción. 

Sonreí levemente, comprendiendo que este viaje también nos serviría a ambos, no solo para descansar, sino también para poder seguir uniéndonos como matrimonio.

—La noche es larga, así que deberíamos reunirnos en el salón-bar en media hora —dijo Irene, mirando hacia el reloj en su muñeca. 

—Apoyo eso —asintió Oliver, chocando su puño con el de ella. 

—Vale, nos vemos allá —asentí de acuerdo, y sin más, todos nos movimos hacia nuestras respectivas habitaciones. 

En cuanto cruzamos la puerta, Ash se aproximó hacia mí, rodeando mi cintura, apegando mi espalda contra su pecho. La elegante habitación nos recibió con una hermosa vista hacia la playa, además de contar con un balcón y jacuzzi. 

Por supuesto, solo había una cama matrimonial para ambos, cubierta por un dosel de tela final que combinaba con el edredón de color crema. Incluso habían regado pétalos de flores encima de esta, además de agregar champaña y dos copas en la mesa junto al televisor de pantalla plana. 

Sentí los labios de Ash posarse sobre mi hombro, subiendo lentamente hasta mi cuello, besando aquella zona sensible. Cerré mis ojos por inercia, mientras sentía la calidez de su cuerpo y la humedad de su boca paseándose sobre mi piel. 

Este escenario idílico me recordó tanto a nuestra luna de miel. Y creo que de cierta forma, eso era lo que él se esforzaba por recrear. 

—¿Te gusta? —preguntó cerca de mi oído. 

—Me encanta —contesté, girándome hacia él. 

—Teníamos un viaje pendiente... —murmuró, viéndome a los ojos. —. Y quiero que disfrutes cada momento que pasemos aquí —sonrió, tomando mis manos para besar mis nudillos. 

El divorcio de mis sueños ✔️Where stories live. Discover now