Capítulo 134 - Secreto a voces

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Asentí mientras aplicaba los encantamientos. Desde la Batalla de Hogwarts ellos dos habían comenzado a vivir juntos y por las cartas que intercambiaba con ella me constaba que estaba resultando difícil por obvias razones.

Ayudé a mi amiga a ponerse en pie y los tres entramos en la reformada casa.

Nada más poner un pie dentro, Andrómeda Tonks llamó mi atención con señas para que me acercara a ella.

- ¿Como estás, cariño? – me dio un ligero apretón en el brazo.

La castaña de ojos claros se veía triste y tremendamente cansada. Algo en sus gestos me hacía sentir un deja vú.

- Lo mejor que se puede estar en dichas circunstancias – por un lado, los protocolos sociales me guiaban a darle el pésame, por el otro mi razón me impedía vocalizar el fallecimiento de mi prima.

- Te quiero presentar a alguien – la mujer echó las manos al carro a su lado.

De la cesta azul marino se asomó un pequeño bebé de piel porcelana y cabello castaño claro. Estaba totalmente dormido y su expresión denotaba una tranquilidad entrañable.

- No sé si mi Dora tuvo la posibilidad de decírtelo – su voz se quebró a mitad de la oración, pero se recompuso inmediatamente –, pero quería que tu fueras su madrina – me tendió al niño.

- Yo... - intenté excusarme nerviosa.

- No tendrías que cuidarlo, de eso me encargaré de yo – hizo hincapié en que lo cargara.

- No se trata de eso – la corregí apurada –. No sé cómo cogerlo – admití con vergüenza.

Ella volvió a colocar al pequeño en su lugar de reposo.

- No te preocupes – intentó animarme –, tienes mucho tiempo para aprender.

Introduje la mano y le acaricié la mejilla. Su piel era extremadamente suave.

Sentí como una sonrisa tonta se instauraba en mis labios mientras él se reacomodaba entre murmullos.

- Le gustas – informó su abuela.

- Tu también me gustas, Teddy – puse la mano sobre su pecho y lo meneé gentilmente sin llegar a despertarlo –. Me gustaría pasarme un día de estos de visita – levanté la cabeza hacia ella –, más pronto que tarde, a ser posible.

- Cuando gustes querida.

Aquella era una posición realmente buena, pues tenía vista directa de Kigsley Shacklebolt. Me quedé un par de minutos más hablando con mi tía hasta que vi al auror libre.

Comencé el camino hacia él, pero Copeland me interrumpió a medio camino. Cuando volví a levantar la cabeza, Bill Weasley ya había comenzado una conversación con él.

- ¿Qué te pasa, Ly? Te noto distraída. Sé que la situación no acompaña, pero algo me dice que no es por "eso".

Suspiré derrotada y miré esos amables ojos azules que tanta compañía me habían hecho a lo largo de mi estancia en Hogwarts.

- Tengo que hablar con el Ministro y no encuentro el momento.

- ¿Tienes algún problema? – me agarró la mano preocupada.

- Es... complicado – volví a mirar hacia el ex auror - ¿Puedo confiarte un secreto? – posé nuevamente los ojos en ella, se veía realmente preocupada.

- ¡Claro! – asintió vehementemente.

- No estoy muy segura de cómo vayas a tomarte esto – me acerqué a su oído y susurré un par de palabas.

Dark Shadow ~Severus SnapeWhere stories live. Discover now