Cap.33

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Narra Arien

La mirada en Deim me aterraba. Me alzó con rudeza y me lanzó sobré la cama haciendo que me doliera el cuerpo. Se subió sobré mí, metiendo sus manos debajo de mi camisa blanca y rompiendo la hilera de los botones en el proceso. La adrenalina a elevó en mí cuerpo. No sabía que haría conmigo pero podía sentir que sería muy malo. Tomé todo el valor que pude y lo mordi con fuerza en el brazo haciendo que se alejara un poco.

Desdé que nací siempre he tenido unos dientes raros. El dentista dice que mis colmillos son un poco más grandes de lo normal. Antes me daba pena sonreír por eso, pero ahora estaba agradecido de que mis dientes fueran raros.
Ya que logre que Deim me soltará y aproveché para salir corriendo.

—¡Maldito mocoso! —escuché que se quejaba  pero no miré atrás —no hay nadie que pueda ayudarte, podemos jugar al gato y al ratón todo el día si tu quieres.

El sonido de sus zapatos se escuchaban por el pasillo y me sentía dentro de una de esas películas de terror que Troy no me dejaba ver. Solo que presentía que no solo seria asesinado. Miré hacia todos lados, tantos pasillos y tanta s habitaciones me mareaban. ¿Acaso nunca volvería a ver a Troy?

Sentí la amenaza de lágrimas en mis ojos. Pero debía ser un chico valiente. Me apresure a correr al único lugar donde me sentiría a salvo, a la habitación de pinturas de mi abuelo. Antes solía pasar mucho tiempo en ese lugar, pero desde que mis padres y yo nos mudamos a esta tétrica casa no había puesto un solo pie ahí.

Entre cerrando la puerta con el seguro, pero no serviría de nada por que Deim tiene las llaves de todas las puertas de la casa. Mí respiración se aceleró y solté un pequeño grito. Deim estaba cerca, las llaves sonaban mientras habría alguna de las puertas.

Me acerque a la ventana y vi hacia abajo. Estaba en el segundo piso y abajo solo había arbustos. No saldría ileso de eso. Pero como a todas las personas de las películas de acción, me llego el segundo donde la puerta de la habitación en la que estaba empezó a hacer ruido y solo salté sin pensarlo. Tarde un momento en dejar de estar aturdido, pero estaba a salvo.

Me levanté como pude y me escabullí entre los arboles del patio trasero hasta llegar a el enorme muro de concreto que rodeaba la casa. Fue ahí donde se escucharon las alarmas, sonaban cada vez que había movimiento fuera del horario normal. Y desafortunadamente ya había oscurecido. Caminé cojeando y a dolorido hasta un minúsculo hueco en la pared, nadie lo había visto gracias a un arbusto.

Salí sintiéndome a salvo, pero cuando comencé a avanzar choque con alguien que colocó sus manos sobre mis hombros. Si era uno de los guaruras me llevarían de cuenta y quería todo menos eso.

—¿Arien?...¿Estas bien? — abrí los ojos de golpe, esa voz era la de mi querido Troy.

¡Estas aquí! —me aferre a él y dejé que las lágrimas resbalaran por mis mejillas — creí que no volvería a verte...yo...nosotros tenemos que irnos pronto Troy.

—¿Pero qué es lo que pasa? —Troy siempre ha sido muy lento para entender el ambiente.

—Deim es malo, trató de hacerme cosas raras y dijo que tenía que castigarme cuando no hice nada malo —exclamé desesperado y mi paranoia fue más lejos cuando escuche las botas movilizarse en el patio. Me sentí mareado de la nada y luego todo se puso negro.

Narra Troy

Ver a Arien sucio, lastimado y llorando de esa manera me había sorprendido. Es un niño prácticamente pero suele ser más fuerte,algo muy malo debió haber pasado. De la nada mi pequeño Arien se desmayo y apenas si atiné a atraparlo. No lo pensé y lo cargué antes de salir corriendo sin rumbo fijo.

Dios, que debo hacer ahora. No podía dejar a Arien en ese lugar, creo que perderá su inocencia si eso pasa. A mi me puede pasar cualquier cosa, pero no al niño que hace que mi vida tenga sentido. Él que elimino de mi mente las ganas de suicidarme. Corrí por mucho tiempo,no estoy seguro pero tal vez habrían pasado dos horas o más.

Me detuve en un parque y recoste su pequeña cabeza sobre mis piernas. No puedo volver a casa, es tarde y empieza a refrescar. Arien tan solo tiene doce años, no puede pasar la noche inconsciente en un mugroso parque. Miré el cielo y un copo de nieve cayó sobre mi nariz. Genial, ahora haría mas frío. Pero no tengo nadie en quien confiar.

Solo conozco un lugar al que puedo ir. Respiré profundo y le marqué a el que se supone que es mi mejor amigo.

—Que oportuno, mero estaba hablando de él con mi hermana — contestó su celular pero antes de que pudiera decirme cualquier cosa yo hablé primero.

—Ayudame Jaden, me metí en un gran problema

—Dime que no intentaste suicidarte de nuevo... —pocas veces escucho que habla tan seriamente.

—No, es algo peor...de alguna manera creo que acabo de cometer un secuestro —un pesado suspiro se oyó del otro lado de la linea —Esta a punto de nevar ¿Me darías alojo?

—¿Secuestro? Dios...es peor de lo que pensé... —trague saliva por el largo silencio que se hizo —Mis tías no están y Zeina se fue a dormir. Ven a casa, tienes mucho que explicarme — colgó dejándole con la palabra en la boca.

—Por lo menos ya no pasaras frio —susurré acariciando su mejilla suavemente —por ti haría cualquier cosa. Hasta ir a la cárcel Ari — robé un pequeño beso de sus labios y lo cargué para ir a casa de Jaden.

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Hooola, espero que hayan tenia un buen día. Se que últimamente solo hay escenas narrativas, pero son necesarias. Como ven no le pasó nada a Arien.

1) ¿Creen que Jaden lo entenderá?

2) ¿Creen que Deim encontrará a Arien?

Les deje un vídeo en multimedia. Lo vi y me hizo pensar que es la canción de Jaden hahahahaha. Se llama: La perfección soy yo.

¡Bendito Whatsapp! (EDITANDO Primera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora