Dark Shadow ~Severus Snape

Capítulo 111 - Reunión familiar

- Todos arriba – ordenó el hombre sin cabello con voz calmada-, ahora que somos más necesitaremos un par de cambios – explicó.

Prácticamente todos se levantaron al momento.

- Bellatrix, eso también iba para ti – ni siquiera dirigió la vista hacia la nombrada a su lado.

- Pero Señor...

- ¿Te atreves a contradecirme? – el simple hecho de alzar levemente la voz hizo que mi tía se incorporara de inmediato.

Uno a uno fue designando a dedo el sitio para cada mortífago presente en la sala. Había que admitir que la larga mesa lucía más con bastantes menos huecos vacíos.

Por primera vez, Pettigrew ocupó un sitio en la mesa, a la derecha del Señor, mientras que yo quedé a su izquierda.

Lejos quedaban mis padres, ambos juntos y ocupando posiciones centrales en la mesa. Por el contrario, mi tía se encontraba casi frente a mí, al lado de Colagusano. Severus fue enviado a uno de los últimos lugares, era más que claro que ahora no le servía de utilidad.

Yo tampoco lo era, sin embargo, estaba allí a su lado, como un trofeo. Mi posición a su izquierda era una clara referencia a la mano dónde se lleva la alianza de matrimonio, al igual que para todos los allí presentes el hombre con la mano derecha de plata no era un mortífago, sino un simple sirviente, uno muy fiel y fácilmente manipulable.

La reunión se centró en la planificación de rondas nocturnas en el ministerio e infiltración de pequeños grupos de mortífagos para localizar el paradero de cierto objeto de interés para el Señor Tenebroso en el Departamento de Misterios. Ahora contaba con más medios para poner a puesta su plan.

Tras esta, el legitimo dueño de la casa se marchó de la estancia y extrañamente nadie más se marchó, ni siquiera Severus.

- Si que has crecido, mujercita – escuché una voz tras mí. Me era vagamente familiar, como si hiciera siglos que no la escuchaba.

Al voltear me encontré con un hombre de estura media y complexión delgada. Su pelo largo y peinado hacia atrás era una armoniosa mezcla entre espeso pelo negro y canas, sus cejas eran gruesas y sus ojos azules estaban enmarcado por ojeras.

A pesar de todo, puede reconocerlo sin problemas.

- ¡Tito! – salté a abrazarlo llena de alegría.

- Tranquila, muchacha – Rodolphus Lestrange palmeó mi espalda -. Mis huesos ya no son los que eran.

Era totalmente consciente de que su matrimonio con mi tía era solo un papel mojado, pero siempre estaba en la mansión en el despacho con mi padre y solía consentirme más que cualquier otro.

- Deja de montar numeritos, Lyra – mi padre puso su bastón sobre mi hombro y me aparté de él-. Todos queremos saludar a este viejo cabrón – se puso a su lado y le palmeó con fuerza la espalda -. Bueno, todos menos su mujer – aquello hizo reír al tío Rodolphus.

- Tampoco es que eso sea algo extraño – respondió el nombrado.

- Ly, tu madre quería hablar contigo. Ve con cuidado – me advirtió.

Me acerqué a la mujer rubia que estaba de espaldas. Su hermana me observaba de arriba abajo.

- ¿Se puede saber a quién estás mirando con esa cara de asco Bella? – Narcisa Malfoy sonaba muy enfadada -. Soy yo quien te está hablando.

- A mí – intervine en lo que parecía ser un monólogo.

- ¡Lyra! – se volteó asustada.